Karen Valladares ha sido testigo de las situaciones más difíciles por las que atraviesan los migrantes. Entre ellas la masacre de San Fernando, en Tamaulipas (2010) y la de Cadereyta en 2012; pero, el éxodo de niños en 2014 está entre los momentos que más la han marcado.

Según la Pastoral de Movilidad Humana, al menos 10 mil niños desaparecieron y sus casos no fueron documentados. Esto le ha servido de antecedente para estar convencida de que la migración debe abordarse de manera prioritaria.

Hoy, como directora del Foro Nacional para las Migraciones en Honduras (Fonamih), señala que hay que trabajar más en la prevención y no descarta que las
caravanas de migrantes persistan como el modelo más recurrido para emigrar.

En un ameno diálogo con tunota, Valladares cuenta lo que han significado 17 años en el Fonamih entre logros, pero especialmente entre monstruosos desafíos.

Jornadas de capacitación y asociaciones en pro de defensa de
migrantes se promueven desde el Fonamih.

¿Cuál ha sido el momento más difícil que ha enfrentado en la atención
migratoria?

Lamentablemente, son más los escenarios trágicos de la migración que las
respuestas favorables en estos últimos años. Entre lo más difícil que he enfrentado está la negligencia de nuestras autoridades que no ven la temática migratoria como un tema social que requiere de un enfoque de derechos humanos y de respuestas inmediatas en el corto, mediano y largo plazo.

La falta de voluntad política genera impotencia. Cada persona que hemos
atendido nos deja lecciones, aprendizajes y, sobre todo, valentía para continuar
trabajando.

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Los migrantes son más que números. Tienen una historia de vida difícil. Huyen de este país. Nadie quiere hacerlo, pero lo hacen porque simplemente el país no ha dado lo que ellos necesitan para continuar sus vidas al lado de sus familias.

¿Cómo puede Honduras, más allá del discurso, luchar contra el tráfico y la trata de personas?

Cuando se involucra el crimen organizado no es tan fácil. La trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes constituyen delitos generalizados con alcance global.

Honduras no está exenta de estos delitos que utilizan a nombres, mujeres, niños y niñas con fines lucrativos. Es una gran cantidad de redes organizadas que se aprovechan de la vulnerabilidad y el desespero de las personas que simplemente buscan una vida mejor.

En Honduras existen esfuerzos y avances, no podemos decir que no. Esto ha sido posible desde la Comisión Interinstitucional Contra la Explotación Sexual y Trata (CICESCT) que aglutina 40 instituciones de Gobierno y otras con representación de sociedad civil, donde el Fonamih atiende y da respuesta inmediata.

Se acompaña a sobrevivientes del delito. Desde el Fonamih nos centramos en la prevención del delito a través de procesos de formación que se realizan desde el año 2006.

Se han realizado varios diplomados con la Universidad Politécnica para diferentes actores claves como: catedráticos, jueces, policía, abogados, médicos, representantes de las corporaciones municipales, líderes y lideresas de comunidades, para que se sensibilicen e informen sobre estos delitos que han enlutado a miles de familias en el país.

¿Qué puede hacer el Gobierno para desmantelar estas redes?

Fortalecer la CICESCT y las fiscalías especiales que están actuando para contrarrestar estos delitos. Sensibilizar e informar más sobre este flagelo, y continuar con los enjuiciamientos y el castigo para los responsables.

También continuar capacitando a jueces, abogados, centros educativos, actores claves, entre otros. Obtener recursos financieros, humanos, para las fiscalías especiales que trabajan ambos delitos y realizar más campañas para visibilizar el problema en los
centros educativos y los medios de comunicación.

¿Qué políticas públicas deberían asumirse frente a los difíciles escenarios migratorios?

Hay que atender la realidad migratoria enfocándose en una política integral. En la atención diferenciada que responda primero al interés superior del niño tanto el que transita por el país como el que retorna al mismo. Exigir de manera permanente al Estado de Honduras el cumplimiento de los tratados internacionales que ha ratificado en materia migratoria.

Hay que superar el asistencialismo y evitar la dispersión de recursos. Es importante generar redes de contención y protección para los migrantes para crear, desde lo local, programas de reconstrucción y fortalecimiento del tejido social en las comunidades en
busca de prevenir la migración irregular.

¿Cómo se integran con el Gobierno y otras organizaciones para enfrentar el problema migratorio?

Fonamih se integra con los gobiernos a través de diferentes mesas de diálogo
que nos permiten aportar experiencia. Entre ellas, el Consejo Nacional de Protección al Hondureño Migrante, la comisión de desplazamiento forzado y la comisión de refugio.

A nivel regional, somos parte de la Conferencia Regional sobre Migración-CRM con los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.

¿Cuáles son sus registros más actualizados que están generando alertas y que ameritan pronta solución?

Hombres y mujeres, adolescentes, niños, niñas, comunidad LGBTI, personas
con discapacidad y de la tercera edad, son poblaciones que constantemente
salen del país. El desplazamiento sigue siendo una situación que alerta a nivel del país.

Tenemos 56,392, personas retornadas hasta el 25 de julio. De esta cantidad, 10,195 son niños, niñas y adolescentes. De ellos, 2,848 viajaban solos y 7,347 acompañados.

Estamos superando las estadísticas del año 2021. De enero a diciembre fueron 52,968 retornados y apenas estamos a siete meses del año 2022.

Este año cerraremos con un aproximado de 70 mil a 80 mil personas
retornadas. Pero esto también indica que el número de los que salen es alto.

Anualmente se va un promedio de 150 mil personas, cifra que se incrementa año tras año si las condiciones del país no mejoran. Se van por el alto índice de violencia, la falta de oportunidades falta de acceso a la salud, educación, programas que beneficien a la juventud, el cambio climático, crimen organizado de maras y pandillas.

¿Por qué los menores de edad son los que ahora aumentan las cifras del éxodo migrante?

Los padres que salen con sus hijos/as prefieren llevarlos a pesar de las
situaciones que pueden enfrentar en la ruta migratoria por miedo a que sean reclutados por maras y pandillas. Cuando viajan solos es porque los padres siguen pagando a coyotes para que se lleven a sus hijos/as para reunificación familiar.

Esos niños/as pueden ser objeto del delito de la trata de personas o pueden
ser secuestrados con otros fines. En el año 2014, cuando se dio la crisis
migratoria de niños, niñas y adolescentes, muchos desaparecieron.

Datos de la Pastoral de Movilidad Humana establecen que unos 10 mil niños/as y
adolescentes se perdieron. Pero, en el país, no contamos con datos estadísticos
al respecto porque no conocemos de denuncias de las familias.

¿Se identifican redes transnacionales de trata o son polleros hondureños?
No solo son redes de hondureños, sino también de otros países. Grupos que
obtienen grandes ganancias producto de mercadear con “personas”.

Para unos su fin es explotar las personas migrantes y para otros el cruce ilegal
de frontera. Pero hay diferencias: la trata hablamos de coacción, amenaza o el uso de la fuerza, el rapto, al fraude y el engaño con fines de explotación, como ser la
prostitución forzada, explotación sexual, venta de órganos, trabajos forzados entre otros.

El tráfico ilícito de migrantes, a través de “coyote'' o ``polleros”, son los que facilitan la entrada irregular de una persona en un Estado, con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero.

¿Va a seguir el fenómeno de las caravanas?

Nada comparado con la caravana del 2018, que ha sido la más fuerte. No ha terminado el fenómeno de las caravanas, pero las personas se dieron cuenta que no es lo mismo viajar solos o siendo menos visibles, que hacerlo en caravana. Por eso se generaron todos los mecanismos de contención desde los países de origen, tránsito y destino, para
dificultar el paso. Pero no descarto que se pueda generar una nueva caravana.

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