"Era necesario y urgía una caravana de migrantes para hacer visible lo que es tan visible y no se quiere ver, el dolor y el sufrimiento de los migrantes, porque el Gobierno no quiere verlo", expresó el sacerdote Heyman Vázquez, de la iglesia San Andrés Apóstol, que está a unos metros de la frontera con Guatemala.
El padre de esta iglesia acudió al municipio de Huixtla, donde está la caravana con unos 7,000 migrantes, para pedir que el Gobierno mexicano "abra su corazón".
"No se puede permitir que cantidades de mujeres y niños vayan caminando kilómetros y kilómetros", indicó en la ceremonia.
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El cura expuso que los 280 kilómetros que hay desde Tapachula hasta la salida del estado Chiapas están llenos de migrantes cansados, angustiados y desesperados.