Los centros de detención son también el destino de migrantes indocumentados hondureños. Están equipados con apenas colchonetas y mantas para dormir, aunque también hay bancas.
Los hombres son llevados a celdas especiales, pero en ocasiones estos espacios están conectados a otros donde permanecen unidades familiares.
Mientras, los menores no acompañados son llevados a otros centros de detención para ubicarlos en celdas especiales con otros niños detenidos.
Los agentes fronterizos aseguran que se les hace difícil ubicarlos por la gran cantidad de migrantes que entran a diario; pero tratan de respetarles sus derechos y no aislarlos con el resto de los migrantes mayores de edad.
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Originalmente, los centros de detención fueron construidos para hombres y en la última década las capturas han aumentado en mujeres y niños y hasta familias.
"Tenemos el reto de invertir todos nuestros recursos para que los procesos sean más rápidos y los migrantes no tengan que pasar tanto tiempo en estos centros de detención", dice Elizabeth Gámez, oficial del Programa de Migrantes Desaparecidos.
Los centros se dividen en dos áreas: un espacio de 55 mil pies cuadrados, donde las personas dependiendo del género y la edad, se encuentran en los cuatro cuadrantes.
El otro espacio es más reducido. Cuenta con 22 mil pies cuadrados, y únicamente alberga a los migrantes que deciden entregarse o esperan la cita en las Cortes de inmigración de los Estados Unidos.
Cifra
2.7 millones de extranjeros que ingresaron de manera ilegal a Estados Unidos han sido detenidos durante el presente año, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés).
"No culpo a las personas que migran. Si yo estuviera en la misma posición, haría lo mismo", manifestó Ángel Moreno, Oficial de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

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