Sin embargo, después de que en horas previas confirmó que todos habían muerto, solicitó a la ciudadanía que se mantenga a la espera de nueva información procedente de las autoridades mexicanas, porque "aún no hay confirmación oficial de todos los fallecidos".

Inicialmente, el vicecanciller hondureño, Antonio García, declaró que las autoridades mexicanas les habían notificado que, en una de las celdas incendiadas, había 13 hondureños, pero no confirmó si todos habían muerto.

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Posteriormente, sobre la 1:30 de la tarde de este martes, a través de Twitter, lamentó el fallecimiento "de 13 compatriotas" y prometió que "haremos todo y lo más rápido para traer los cuerpos".

Más recientemente, también a través de la red social, el vicecanciller de Asuntos Consulares manifestó que "todavía hay un rayo de esperanza".

"Información nueva llegó del Instituto Nacional de Migración de México a Cancillería de México, que aún no hay confirmación oficial de todos los fallecidos. Esperemos", declaró.

Según información procedente de la Cancillería hondureña, ocho personas de ese país fueron trasladadas hacia centros de atención médica en la ciudad donde ocurrió el siniestro.

Tragedia

Al menos 40 personas murieron y otras 29 resultaron heridas en un centro de detención de migrantes, localizado en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, informó el Instituto Nacional de Migración de México.

El Gobierno mexicano responsabilizó a las víctimas del suceso, después de que informó que protestaban debido a que, según se les había informado, al día siguiente serían deportados hacia sus países de origen.

Entre los fallecidos y los heridos había personas procedentes de distintos países de Centroamérica y Sudamérica, aunque todavía no existe precisión en torno las identidades de las víctimas y, por ende, a sus nacionalidades.

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