Los abogados de un niño hondureño de 16 años hicieron esta semana un último intento para detener la rápida deportación de Estados Unidos, montando el primer desafío legal contra la política de la administración Trump de expulsar rápidamente a los niños migrantes de la frontera sur durante la pandemia por coronavirus.

En una demanda presentada en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Washington, DC, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles argumentó que la expulsión del adolescente de los Estados Unidos violaría las leyes contra la trata y el asilo que brindan protecciones especiales para los niños migrantes no acompañados que llegan a la frontera sur sin sus padres o tutores legales.

Desde finales de marzo, los funcionarios de inmigración de Estados Unidos han devuelto a México de manera inmediata, a los inmigrantes, otros en tanto han sido enviados a Canadá o sus países de origen en virtud de una directiva de emergencia de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Solo en marzo y abril se llevaron a cabo 21,000 deportaciones, incluidas 899 expulsiones de niños no acompañados, incluso menores de 10 años, según datos del ir propio gobierno.

El caso del hondureño

Según la demanda, el adolescente migrante, identificado por las iniciales JBBC en documentos judiciales, fue detenido por funcionarios fronterizos de Estados Unidos en Texas a fines de la semana pasada y procesado bajo la directiva de los CDC.

Estaba programado para ser expulsado del país el miércoles, pero un juez federal suspendió temporalmente su expulsión el martes por la noche a la espera de nuevos litigios, dijeron abogados a la cbsnews.com.

El joven hondureño llegó a Estados Unidos alegando ser amenazado por miembros de pandillas en Honduras.

"Fue testigo de cómo un miembro de una pandilla asesinó a un joven. Los miembros de la pandilla luego vinieron a la tienda donde trabajaba su tía, y donde JBBC también ayudó, amenazándolo y ordenando que la tienda tuviera que cerrar. Otro pariente también fue golpeado por miembros de la pandilla cerca de donde JBBC vivió ", según la declaración.

Según las leyes, los menores de edad no acompañados deben ser deportados de inmediato a su país de origen, pues al ser menores y no tener representación, no pueden pedir protección humanitaria.