Los inmigrantes que posean condenas penales y temen ser torturados en caso de una deportación, pueden impugnar la negociación de sus solicitudes de permanecer en los Estados Unidos, en los tribunales federales.
Según La Opinión, así lo decidió la Corte Suprema, el lunes 1 de junio, en una determinación sorpresiva debido a que los jueces se han volcado en contra de los extranjeros.
“Durante el proceso de deportación, un no ciudadano que demuestre una probabilidad de tortura en el país de expulsión tiene derecho a la ayuda de conformidad con la Convención internacional contra la Tortura (CAT) y no puede ser trasladado a ese país”, comentó el juez Brett Kavanaugh.
Para ello, los inmigrantes deberán acudir ante la Junta de Apelaciones de Inmigración y luego ante un tribunal federal de apelaciones.
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La decisión fue tomada debido al caso de Nidal Khalid Nasrallah, un sujeto a quién las autoridades federales buscan deportar, luego de reconocer haber recibido propiedad privada.
A criterio del juez, propuesto por el presidente Donald Trump, la impugnación de la deportación no aplicaría para ciertos delitos.
Nasrallah iba a ser deportado, pero el temor de que fuera torturado en su regreso a Líbano llevó a sus defensores a pelear el caso en la Corte Suprema.
Los inmigrantes deberán acudir ante la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés) y luego ante un tribunal federal de apelaciones.
Kavanugh consideró que los argumentos del Gobierno no fueron del todo claros para aprobar la expulsión de este tipo de extranjeros sin oportunidad a apelar.
Asimismo, comentó que permitir ese tipo de deportaciones, sin defensa, pondría en condiciones especialmente vulnerables a los implicados. La opinión del juez Kavanugh se aprobó 7-2.
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