Llegar a Estados Unidos se ha convertido en una odisea para los migrantes que se han hecho en presas fáciles para los cárteles de droga y grupos delictivos que exigen hasta 20 mil dólares (unos 488 mil lempiras) para su liberación.

Los secuestros de migrantes se han vuelto frecuentes en México, donde operan múltiples grupos delictivos, que se alían con agentes policiales, taxistas y coyotes para entregar a los indocumentados y exigir fuertes cantidades de dinero por su liberación según informó noticias Telemundo.

El cartel "Bienvenidos a México" representa un peligro inminente para los migrantes. Recién expulsados de Estados Unidos, son el blanco perfecto para ser secuestrados.

"Me tiraron a las 10 de la noche al puente. Nos devolvieron a 182 personas y estando allí nos atacaron, y estuvimos un mes y 14 días secuestrados", cuenta Jorge, un hondureño que, junto a su hijo, partió desde el país centroamericano en busca de mejores oportunidades.

"A mi me decían -sino pagaba- que me iban a matar y a mi hijo lo iban a entregar a una persona que necesitara un niño", relata el hondureño.

Historias cruzadas

Jorge, cuenta que todo se torció cuando lo devolvieron a México. Tras varias semanas de negociación, su familia pagó 6 mil dólares (unos 146 mil lempiras) por ser liberado.

Sin embargo, al ser liberados en Reynosa, el taxista que los transportaba a la estación de buses los entregó a otro grupo criminal. Un nuevo secuestro, 6 mil dólares más.

El caso de Jorge es uno de los que más se replica en la frontera, y muchos de ellos son orillados a pagar hasta a tres grupos criminales por su liberación.

"El taxista solo me escuchó hablar varias veces y al identificar mi acento él me dijo que yo venía a México a pedir asilo y que podía decirle a los del cártel que estaba con un venezolano y me podría entregar para que me secuestraran", cuenta Yorje Pérez, víctima de secuestro.

Pérez, también relata que el mismo taxista lo llevó hasta un hotel para pasar la noche, luego de exigirle 600 dólares (14,640 lempiras) por dejarlo libre.

Pero por la noche, varias personas llegaron hasta su habitación, donde forzaron su puerta para poder ingresar, pero por fortuna, pudo librar la noche.

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