El catracho, que llegó desde que tenía 3 años a Houston, Texas, Estados Unidos, tiene problemas renales, los que se agravaron tras la deportación de marzo provocada por una infracción de tránsito, que no se especificó.

Pérez recibe diálisis tres veces por semana y debido a la semana que pasó fuera del territorio estadounidense tuvo que ser ingresado a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Texas Children's.

El joven regresó al país, junto a su madre, gracias a un 'parole' humanitario (permiso de permanencia temporal) conseguido por el congresista Al Green, tras conocer la urgencia médica.

Sin embargo, este permiso temporal es solo por dos semanas, por lo cual la vida de Eduardo Alfredo está en riesgo si deja de recibir el tratamiento que inició en febrero de este año.

Su familia buscó en los hospitales de México el mismo tratamiento sin éxito alguno, por lo cual el congresista Green está buscando la manera de que el catracho no sea deportado.

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