Los alemanes votaban este domingo en unas elecciones de resultado incierto en las que socialdemócratas y conservadores se disputan la sucesión de Angela Merkel, que dejará la cancillería tras 16 años en el poder.
En estos comicios, los socialdemócratas (SPD) están ligeramente por delante, con un 25%, de los conservadores, entre un 22 por ciento y 23 por ciento, un resultado históricamente bajo, según las últimas encuestas.
"Siempre voy a votar, pero este año es apasionante saber quién va a ser" el próximo canciller, señaló Ursula Becker, una electora de 62 años de Aquisgrán, en el oeste de Alemania.
Precisamente es en esta ciudad donde votó el candidato de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Armin Laschet, que cometió un error al no ocultar su boleto ante las cámaras como estipula el código electoral, por lo que su papeleta podría ser invalidada.
"Cada voto cuenta" porque está en juego "la orientación de Alemania para los próximos años", declaró Laschet.
Su principal contrincante, el socialdemócrata Olaf Scholz, que votó en Potsdam, una ciudad cercana a Berlín, destacó el resplandeciente tiempo como "buena señal" para la centroizquierda, formación que ha remontado los sondeos de manera inesperada desde el verano boreal.