Los manifestantes que el sábado tomaron por asalto la residencia oficial del presidente de Sri Lanka se encontraron repentinamente con ese lujoso palacio a su disposición y aprovecharon para darse un chapuzón en la piscina.

Decenas de esrilanqueses colgaron en las redes imágenes en las cuales se les ve deambular por los aposentos de Gotabaya Rajapaksa, tumbarse en su cama y disfrutar de los jardines de la residencia en Colombo, la capital del país.

"Estamos en la habitación de Gotabaya, aquí está la ropa interior que abandonó", afirma un joven que muestra un calzón negro en un video que ha viralizado. "También se dejó los zapatos", añade.

El mandatario pudo huir por un pelo, gracias a que los soldados de su guardia dispararon al aire para abrirle paso. Poco después, los manifestantes tomaron las oficinas presidenciales, en el distrito administrativo, e incendiaron la residencia privada del primer ministro.

Los desbordes de la jornada fueron el punto culminante de meses de protestas contra un gobierno acusado de haber hundido a esta isla de Asia meridional en la peor crisis desde la independencia en 1948.

"Me sorprende ver que hay un climatizador que funciona en el baño, cuando nosotros sufrimos cortes de electricidad todo el tiempo", declaró por teléfono a la AFP un hombre que estaba en la residencia oficial de Rajapaksa.

-"No debemos convertirnos en ladrones"-
El ambiente festivo contrastaba con la tensa situación que se vivió poco antes entre los cientos de miles de manifestantes que se concentraban ante el palacio presidencial y las fuerzas de seguridad.

La policía usó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersarlos, pero algunos manifestantes se hicieron con un camión de policía y forzaron las barreras y verjas que protegían el lugar.

Tradicionalmente, el palacio presidencial, un edificio de la época colonial británica, se reservaba a la recepción de dirigentes extranjeros.

Pero Rajapaksa instaló su residencia oficial allí en abril, después de que miles de manifestantes intentaran invadir su domicilio privado.

Tras la invasión del sábado, la mayoría de los policías y militares desaparecieron. Solo quedó vigilando un cuerpo de policía de élite, que parecía resignado a la presencia de los invasores.

Subido a una verja, un estudiante pidió a la muchedumbre que no robasen o degradaran la residencia, que alberga una colección de objetos de importante valor.

"Hemos llamado ladrón a Gota pero, por favor, no se lleven nada del palacio", arengó. "No debemos convertirnos en ladrones como ellos".

Las manifestaciones reclaman desde hace meses la dimisión del presidente y de varios miembros de su familia en cargos de poder.

Lo acusan de la disparada de los precios y de la escasez de comida, carburante y medicamentos que acucian a este país de 22 millones de habitantes.

Rajapaksa, que fue escoltado hasta un lugar seguro, hizo saber por la noche a través del presidente del Parlamento que presentará su renuncia el próximo miércoles.