Ante la competencia de países que luchan por crear una vacuna efectiva para frenar la pandemia del coronavirus, China saltó barreras y decidió aplicar una vacuna, que aún no había sido probada, a una gran cantidad de personas.

La aparición de más infecciones y otros efectos desconocidos son los que podrían causar esta vacuna contra el covid-19, la cual no fue sometida a ensayos farmacéuticos y según las empresas Sinopharm y Sinovac fueron miles las personas inyectadas, sin embargo, estas se ubican en otros países, ya que, en China, "la pandemia está controlada".

De tal modo que, las autoridades del país asiático, planean continuar la expansión de la vacuna argumentando un uso de emergencia, y afirmando la eficacia y seguridad de la inyección con el paso del tiempo. Además, las personas sometidas a la vacuna, deben firmar un acuerdo de confidencialidad donde se comprometen a no hablar con los medios de comunicación sobre el tema.

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“Me preocupa que a los empleados de las empresas les pueda ser difícil rehusarse”, dijo Kim Mulholland, un pediatra del Instituto de Investigación Infantil Murdoch en Melbourne, Australia, quien ha estado involucrado en la supervisión de muchos ensayos para vacunas, incluidos los de una vacuna para covid-19, según el portal Infobae.

Esta situación desconcertó a especialistas en el mundo, debido a que ningún país se atrevió a probar una vacuna contra el coronavirus en tanta población, como China.

Competencia entre países por encontrar una vacuna

China, Rusia y Estados Unidos son los países que continúan su carrera en busca de una vacuna efectiva para combatir el covid-19, aunque estos últimos dos han sido más cautelosos.

Rusia fue el primer país en registrar una vacuna para contrarrestar el covid-19 y, aunque actualmente cuenta con dos registros, la población inyectada ha sido poca, mientras que, Estados Unidos, pese a la presión del presidente Donald Trump, las empresas decidieron comprobar la eficacia de una vacuna antes de ser propagada en grandes masas.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comprendió y apoyó la decisión del gobierno chino, tomando en cuenta que estos hacen uso de un programa de emergencia donde no es necesaria la aprobación de la OMS.

Además, Raina MacIntyre, quien dirige el programa de bioseguridad en el Instituto Kirby de la Universidad de Nuevo Gales del Sur en Sídney, comentó que no iba a recomendar el uso de emergencia de las vacunas antes de la conclusión de los ensayos de la fase 3. Este mes, AstraZeneca, la empresa británica-sueca, detuvo las pruebas de la última fase de una vacuna candidata en Estados Unidos después de que un voluntario se enfermara gravemente por razones desconocidas.

Finalmente, un funcionario chino explicó que la vacuna estaría lista al público en general, en noviembre de 2020.

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