Tras el brote original en la ciudad de Wuhan, en diciembre de 2019, se han detectado nuevos casos que muestran que el virus se manifiesta de manera diferente entre los pacientes.
A través de Bloomberg, se especifica que en la región noreste de China el patógeno podría estar cambiando de maneras desconocidas y complicando los esfuerzos para eliminarlo.
“Los nuevos pacientes de las provincias norteñas de Jilin y Heilongjiang parecen portar el virus durante un período de tiempo más largo y tardan más en dar negativo”, dijo Qiu Haibo, un prestigioso médico chino.
A diferencia de los casos detectados en Wuhan, estos nuevos tardan entre una y dos semanas más en desarrollar los síntomas de la infección.
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Haibo, que trabajó con pacientes de Wuhan, señaló que “este período más largo, durante el cual los pacientes infectados no muestran síntomas, ha creado grupos familiares de infección”.
Asimismo, los galenos han observado que los contagiados en el noreste parecen sufrir daños principalmente en los pulmones; a diferencia de los de Wuhan, que los experimentaron en múltiples órganos, como el corazón, los riñones y el intestino.
No hay que confiarse
No obstante, se desconoce si el virus está cambiando de manera significativa y las diferencias que se están viendo podrían deberse al hecho de que los médicos ahora pueden examinar a los pacientes más a fondo que en Wuhan y desde una etapa anterior.
Ante ello, Keiji Fukuda, profesor clínico de la Universidad de Hong Kong, considera probable que los actuales hallazgos no tengan correlación simple con una mutación y se necesita una evidencia más clara.
China fue la nación donde se originó el brote y hasta la fecha han registrado poco más de 82 mil contagios y reportado más de 4 mil muertes.
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