El Programa Mundial de Alimentos (WFP - por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido que cinco países del mundo están al borde de una posible pandemia de hambre de proyecciones "bíblicas" que podría derivarse de la pandemia del coronavirus (covid-19).

Según la ONU, a finales de 2019, 135 millones de personas vivían con niveles de hambre extremos, pero a causa del confinamiento generados por el covid-19, es probable que ese número aumente a unos 265 millones si no se controla gradualmente el virus.

En 2019 la WFP recibió la aprobación por parte de la ONU de 8,300 millones de dólares (unos 205,840 millones de dólares) para tratar la crisis de alimentos en los países más pobres del mundo. Mientras que para el 2020 han solicitado entre 10 mil y 12 mil millones de dólares.

Yemen

Antes de que comenzará la guerra en Yemen (2014), ya era el país pobre de la comunidad árabe, pero a raíz del golpe de Estado que generó una coalición a partir de 2015, la situación del país se ha agudizado aún más.

Ahora ante la aparición del covid-19, la ONU ha dicho que reducirán la ayuda en Yemen, específicamente en las zonas manejadas por los hutíes (un grupo insurgente predominantemente contra el oficialismo), que obstruyen las ayudas humanitarias en el país africano.

República Democrática del Congo

En la República Democrática del Congo existe la segunda hambruna más grande del mundo, la cual se ha generado desde más de hace 25 años por el conflicto armado que vive el país africano.

Más del 15 por ciento de la población sufre de inseguridad alimentaria grave, lo que significa que se encuentra entre los 30 millones de personas en zonas de guerra alrededor del mundo que dependen de las ayudas humanitarias que reciben.

Venezuela

Según un informe publicado por el WFP a finales de febrero de 2020, asegura que cerca del 30 por ciento de la población en Venezuela padece inseguridad alimenticia que necesita ayuda de inmediato.

De acuerdo al estudio, 2.3 millones de venezolanos (7.9 por ciento de la población) se encuentran en una situación de precariedad ante las sanciones impuestas por los Estados Unidos.

Venezuela ha perdido más del 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) desde que Nicolás Maduro fue impuesto como presidente de la nación.

Sudán del Sur

Este país que se independizó de Sudan en 2011, y que se ha convertido en el país más joven del mundo, se encuentra entre los niveles más extremos de crisis alimentarias desde su independencia.

Casi el 60 por ciento de las población lucha a diario por conseguir fuentes de alimentos. Para empeorar la situación, una plaga de langostas que destruyeron cultivos en África Oriental llegaron a Sudan del Sur a principios de 2020, agudizando aún más la crisis alimentaria.

Afganistán

Otro país devastado por los conflictos internos y externos es Afganistán, que ha sufrido la guerra hace dos décadas a raíz de la invasión de Estados Unidos tras el ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Casi 20 años después, más de la mitad de la población vive por debajo el umbral de la pobreza extrema y el WFP estima que poco más de 11 millones de personas sufren de inseguridad alimenticia severa.

Además de las áreas por la guerra, los problemas ambientales o las crisis económicas, es probable que muchos más países de ingresos bajos y medianos se vean afectados por las perdidas de empleos y otras dificultades económicas causadas por la pandemia del coronavirus.

El problema se agravará por presiones económicas similares en países de todo el mundo, lo que significa que las remesas, o el dinero enviado a familiares en el extranjero, caerán en estos países.

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