Tras la noticia que Nueva Zelanda cantó victoria al dar de alta a su último paciente de covid-19 este lunes y la primera ministra Jacinda Ardern anunciara que hace más de dos semanas que no hay casos activos de coronavirus en el país.

El país de Oceanía alcanzó el nivel de alerta 1, es decir, el más bajo de la pandemia. 

¿Pero cómo este país logró llegar a este punto favorable? 

De acuerdo con un reportaje de la cadena londinense BBC, publicado el pasado 27 de abril de 2020, Nueva Zelanda puso en práctica en los últimos meses lo que llamó estrategia de "eliminación" de la curva de contagios lo que se describe como una estricta y agresiva alternativa a la "mitigación".

Según el reportaje de la cadena londinense, las nuevas reglas lograron que el distanciamiento social no fuese obligatorio y no hay límite en reuniones colectivas, sin embargo, aún la entrada de extranjeros al país no está permitida.  

Asimismo los neozelandeses que lleguen del extranjero deberán pasar una cuarentena de 14 días obligatoria en un lugar especializado con condiciones estrictas de bioseguridad. 

La primera ministra aseguró este lunes que el país volverá a registrar casos, añadiendo que la eliminación "no es un momento en el tiempo sino un esfuerzo sostenido".

Nueva Zelanda ha registrado 1,154 casos de covid-19 y 22 muertes desde que el virus se detectó a fines de febrero, cifras muy positivas comparadas con Estado Unidos (1,960,642); Brasil (707,412) y Rusia (476,043) por mencionar algunos. 

El cierre absoluto de Nueva Zelanda

Después que el país registrara su primer caso de coronavirus, el 28 de febrero, el virus “no avanzó mucho en las siguientes dos semanas, con solo seis contagios registrados hasta el 14 de marzo”, según los recuentos oficiales del país.

Lo anterior se logró a la rápida intervención de Ardern que ordenó desde el 14 de marzo que cada viajero guardara cuarentena por 14 días sin excepciones. 

Además canceló la entrada a cruceros, una medida difícil para un país muy vinculado al turismo.

"Las restricciones fronterizas más amplias y duras de cualquier país del mundo", dijo en su momento Arden. Para el 19 de marzo llegó el cierre total de fronteras.

El siguiente paso fue la vigencia del sistema de alertas de cuatro niveles que para ese momento ya estaba en el 2 y el cual incluía también el cierre de cualquier espacio donde se reunieran más de 100 personas y la petición de quedarse en casa para ancianos y personas inmunodeprimidas.

Distanciamiento social obligatorio 

Según la BBC, el país superó 100 casos el pasado 23 de marzo, sin ninguna muerte, por lo que se aplicó el nivel 3 de su respuesta a la pandemia.

"Estamos yendo duro y temprano", dijo Ardern a sus ciudadanos. "Solo tenemos 102 casos, pero también Italia los tuvo una vez".

Nueva Zelanda estableció estrictos controles de seguridad para vigilar a las personas que salen de sus casas.

También dio un plazo de 48 horas para la activación del nivel 4, llamado "eliminación", el no era más que la cuarentena obligatoria para los 4,8 millones de habitantes del país por cuatro semanas.

Nadie podía dejar su casa, a menos de que uno de sus habitantes saliera para comprar víveres, medicinas o acudir al médico. Solo estaba permitido hacer ejercicio o tener esparcimiento en los alrededores de casa.

Y se cancelaron todas las actividades “no esenciales”, como escuelas, comercios (exceptuando los de víveres y farmacias), industrias y servicios.

Ardern en ese momento dijo que era "la restricción más estricta a los movimientos en Nueva Zelanda en la historia moderna".

“A partir de la activación del nivel 4 el 25 de marzo, los nuevos casos confirmados se contaban por decenas en los siguientes diez días, con el número más alto el día 28 y la primer muerte al 29”.

Pero entonces el efecto de la estrategia de "eliminación" comenzó a ser evidente.

La "burbuja" de contactos

En el 3 de abril, los nuevos casos confirmados se fueron reduciendo casi día con día hasta llegar a menos de diez por jornada. “Incluso el día 23 hubo 0 nuevos contagios registrados”, afirma la cadena.

En ese momento se realizaron campañas masivas sobre el lavado de manos y la importancia del distanciamiento social y con ella la socialización en la "burbuja" de contactos.

“A los neozelandeses se les pidió mantener el contacto solo con las personas que viven en sus casas, familiares o conocidos, y con ellos practicar todo tipo de actividades sociales para lidiar con el encierro”, explica el medio citado.

Los neozelandeses debían estar en casa y solo convivir con su "burbuja" de familiares o personas cercanas.

Rápida acción de una mujer

Especialistas en todo el mundo concuerdan que Arden logró imponer de forma salomónica las medidas que lograron que el país pasara al nivel más bajo de la pandemia.

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