Desde la aparición del coronavirus o covid-19 que tuvo su origen en Wuhan, China, son muchos los países que tratan de encontrar una vacuna o medicamento que puede contrarrestar a este virus que ya ha cobrado la vida de más de 248 mil personas en el mundo.

La presencia tan repentina del covid-19 no ha dado tiempo, incluso a los países más avanzados, de crear una cura que sea efectiva contra la enfermedad, más que el descubrimiento de antivirales que ayudan a crear anticuerpos para que el virus vaya desapareciendo de a poco, pero aún sin efectividad en un 100 por ciento.

Sin embargo, en los últimos días ha tomado importancia una antigua vacuna que parece hacer un fuerte efecto contra el covid-19, que ya ha sido puesta a prueba con la fe de que pueda ser la cura que el mundo tanto busca.

La Bacillus Calmette-Guérin o BGC es una vacuna creada en 1921 y que ha sido utilizada contra pacientes con tuberculosis, dando resultados alentadores en los enfermos, y a pesar de ser un antídoto muy antiguo, la vacuna se sigue utilizando en muchas regiones de Europa.

Aunque todavía no hay resultados exactos de que la BGC pueda poner fin al coronavirus, los científicos han constatado que la vacuna no solo protege a enfermos de tuberculosis, sino también a otros virus que afectan a los humanos.

Un estudio en Nueva Guinea del año 2000, estimó que esta vacuna, en combinación con otros placebos, podía reducir la letalidad por otras enfermedades entre un 30 y un 50 por ciento.

Federico Martinón Torres, jefe del servicio de Pedriatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago, España, explicó que "en España, estuvimos vacunando con BGC a todos los recién nacidos desde 1982", y que gracias a ello se obtuvo que se redujo la tasa de hospitalización por infecciones respiratorias no relacionadas a la tuberculosis en un 40 por ciento.

Para los científicos, este tipo de observaciones son insuficientes para determinar si pueden acabar con sospechas epidemiológicas, sin embargo, no existe una explicación de como la BGC protege de dolencias contra las que no fue creada y por ello se está pensando en ser probada en pacientes con covid-19.

Tras la aparición de antivirales como el remdesivir, la cloroquina y la hidroxicloroquina, las esperanzas de encontrar una pronta cura contra el coronavirus son alentadoras, y de ser probable y efectivo el uso de la BGC las posibilidades de erradicar el virus lo más pronto posible llenan a la humanidad de confianza en la ciencia.

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