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El Ministerio de Interior del Reino Unido rebajó el nivel de alerta terrorista desde "grave" hasta "sustancial", el más bajo en los últimos cinco años.
El nivel de amenaza se sitúa ahora en el tercer escalón -de cinco-, lo que todavía implica que la posibilidad de un atentado.
Esto, para el sietama británico representa un peligro "directo e inmediato", afirmó la ministra de Interior, Priti Patel.
La evaluación del riesgo se basa "en la última información de inteligencia y en el análisis de factores internos y externos que condicionan las amenazas".
El Gobierno británico determina el nivel de alerta en función de las recomendaciones del Centro Conjunto de Análisis de Terrorismo.
Según el código de seguridad británico, el cuarto nivel de alerta implica que un ataque es "altamente probable", mientras que el tercero es "probable".
Muchos atentados
El Reino Unido ha estado en diversas ocasiones en el máximo escalón de alerta, que sugiere que se espera un atentado de forma "inminente".
Tras el atentado que mató a 22 personas en Manchester (norte de Inglaterra) en mayo de 2017, y tras la explosión de un artefacto casero en el metro de Londres en septiembre de ese mismo año, que dejó varios heridos, el Reino Unido elevó durante algunos días al nivel de alerta terrorista hasta el estado "crítico", ante el temor a que se repitieran los ataques.
A pesar de la rebaja anunciada hoy, "'sustancial' continúa siendo un nivel elevado de amenaza y un ataque podría producirse sin previo aviso", recalcó la ministra.
"Como siempre, los ciudadanos deben permanecer vigilantes y advertir a la Policía sobre cualquier sospecha que puedan tener", declaró.
Además de la que estalló bomba en el pabellón Manchester Arena en 2017, el Reino Unido ha sufrido diversos atentados en los últimos años.
En marzo de ese mismo año, un hombre atropelló con su vehículo a los viandantes en el puente de Westminster y acuchilló después a un policía a las puertas del Parlamento británico, una acción que dejó cinco víctimas mortales.
En junio de 2017, tres islamistas atropellaron a numerosas personas en el puente de Londres y apuñaron acto seguido a ciudadanos que se encontraban en la zona de ocio nocturno de Borough Market, un atentado en el que murieron ocho personas, además de los terroristas.
