Las autoridades de Ucrania denunciaron el domingo 3 de abril una masacre en la que murieron al menos 280 personas en la localidad de Bucha, en el noroeste de Kiev, una situación que atribuyeron a las tropas de Rusia, antes de retirarse de la región.

Las imágenes compartidas por las autoridades ucranianas son dantescas. Se observan cadáveres por las calles, algunos maniatados, otros cuerpos junto a sus vehículo, bicicletas o en las aceras.

El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, pidió el envío de una misión de la Corte Penal Internacional para que investigue la masacre como un posible crimen de guerra.

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"La masacre de Bucha fue deliberada. Los rusos quieren eliminar a tantos ucranianos como puedan", afirmó Kuleba en su cuenta de Twitter.

El ministro instó además a la comunidad internacional a imponer "sanciones devastadoras contra Moscú", adjuntando en su publicación algunas imágenes sensibles de personas sin vida.

Ucrania pide ayuda a socios

El ministro pidió además a los socios de Ucrania a proporcionar tanques, aviones de combate y sistemas de defensa aérea.

"La masacre de Bucha demuestra que el odio ruso hacia los ucranianos va más allá de lo que Europa ha visto desde la Segunda Guerra Mundial. La única forma de detener esto: ayudar a Ucrania a expulsar a los rusos lo antes posible. Los socios conocen nuestras necesidades. Tanques, aviones de combate, sistemas pesados de defensa aérea. Proporcionarlos AHORA", instó.

El alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, anunció el sábado que tras la retirada de las tropas rusas, las calles del suburbio habían quedado sembradas de civiles muertos.

Los 280 civiles masacrados fueron sepultados en una fosa común ante la imposibilidad de usar el cementerio municipal, dijo Fedoruk, según publicó la agencia Efe.

En tanto que el pasado 13 de marzo, los servicios sanitarios locales de Bucha informaron de que por lo menos 67 civiles habían sido enterrados en una fosa común.

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