Con la temporada de lluvias a la vuelta de la esquina, la mirada se dirige hacia el horizonte, donde se vislumbran los primeros huracanes que podrían impactar las costas mexicanas en las próximas semanas.

Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), los fenómenos meteorológicos que encabezarán esta temporada serán Alberto y Aletta, cada uno con su propia trayectoria y potencial de impacto.

Se anticipa que el huracán Alberto sea el primero en tocar tierra en México, con una fecha estimada para el próximo 1 de junio.

Este evento conlleva consigo la posibilidad de fuertes lluvias, vientos de gran velocidad y un aumento significativo en la altura de las olas.

Estos elementos combinados podrían desencadenar una serie de desafíos, incluyendo inundaciones, deslaves y diversos daños materiales en las zonas afectadas.

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Estos son los Estados de mayor riesgo

Los estados que se encuentran en mayor riesgo de sufrir los embates de este fenómeno natural son Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tamaulipas, Veracruz y Tabasco.

Sin embargo, es crucial destacar que la trayectoria exacta del huracán aún no ha sido definida con total certeza y podría experimentar cambios repentinos en sus últimas etapas de desarrollo.

Ante esta situación, las autoridades y organismos de protección civil se mantienen en alerta máxima, trabajando arduamente para preparar a la población y tomar medidas preventivas que mitiguen los posibles impactos del huracán Alberto.

Medidas de prevención

Durante el paso de un huracán, es fundamental que la población tome medidas preventivas para proteger su vida y sus bienes.

En primer lugar, se recomienda seguir las instrucciones de las autoridades locales y mantenerse informado a través de fuentes confiables de información meteorológica.

Esto incluye estar al tanto de los comunicados oficiales y las alertas emitidas por los servicios de protección civil.

Además, es crucial asegurar los hogares y las propiedades antes de la llegada del huracán.

Esto puede implicar reforzar puertas y ventanas, asegurar objetos que puedan convertirse en proyectiles durante los fuertes vientos y evacuar zonas de riesgo si es necesario.

Asimismo, se recomienda abastecerse de alimentos no perecederos, agua potable, medicamentos y otros suministros esenciales con anticipación, para poder hacer frente a posibles cortes en los servicios básicos.

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