Según los detalles desvelados por el duque de Norfolk, Edward Fitzalan-Howard, responsable protocolario de organizar el ritual, la abadía recibe a unos 2.300 invitados, entre ellos un centenar de jefes de Estado y por primera vez reyes de otros países, como don Felipe y doña Letizia de España.

Una procesión que salió a las 10.20 hora local (3.20 hora de Honduras) del Palacio de Buckingham llevará a Carlos y Camila a Westminster para comenzar la ceremonia.

Con el papel activo por primera vez de representantes de diferentes religiones, el servicio religioso estará acompañado por doce nuevas composiciones musicales, de autores como Andrew Lloyed Weber o Patrick Doyle.

El después de la coronación

Luego del momento más importante, cuando el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII y gritó a la congregación "Dios salve al Rey", el protocolo de la ceremonia continuó.

En ese sentido, también fue coronada la reina Camila, quien primero ungida con aceite en la cabeza por el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, mismo que posteriormente impuso en su cabeza la corona de la Reina María.

Momentos después el rey Carlos III salió a pasar revista, examen que se hace del número de soldados, de su instrucción y del estado de su vestuario y armamento, a las tropas británicas.

Posteriormente, la familia real británica dejó la abadía de Westminster para regresar al palacio en la llamada procesión de coronación.

Como último acto del día, los reyes Carlos III y Camila salieron al balcón del palacio de Buckingham para saludar al público, los acompañaron los príncipes de Gales con sus tres hijos y los hermanos del rey. Cuando abandonaron el balcón pusieron fin a los actos de coronación.

Punto culminante de la ceremonia

La ceremonia, que tendrá como momento culminante la imposición de la corona por parte del arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, tendrá una duración estimada de unas dos horas.

Tras ella los reyes regresarán de nuevo en procesión a Buckingham, escoltados por unos 7.000 militares y a bordo de la suntuosa Carroza Dorada de Estado, usada en cada coronación desde la de Jorge IV en 1821.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, es el encargado de presidir esta coronación, la primera desde junio de 1953, cuando la reina Isabel II fue coronada también en este templo anglicano.

Carlos III, que ascendió al trono el 8 de septiembre de 2022 a la muerte de su madre, Isabel II, prestará juramento para reconocer las distintas religiones que se profesan en el país y también como cabeza de la Iglesia de Inglaterra, antes de recibir las insignias reales y se le coloque en la cabeza la corona de San Eduardo.

Ataviado con una capa de armiño, el rey Carlos III entró en la abadía seguido por varios niños, entre ellos su nieto, el príncipe Jorge, segundo en la línea de sucesión a la corona británica, que hizo de paje junto con los nietos de Camila.

Sobre el altar mayor se han colocado las dos coronas que se usarán en esta ceremonia, la de San Eduardo y la imperial, con esta última el monarca saldrá de la abadía al concluir la ceremonia.

Camila, que entró antes que el rey, va vestida de blanco y será coronada también después del monarca.

Por detrás del rey, entraron los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, ambos vestidos con trajes ceremoniales.

El príncipe Enrique, hijo menor del rey Carlos III del Reino Unido, asiste a la coronación de su padre, pero sin la compañía de su esposa, Meghan, ni de sus dos hijos, Archie y Lilibet.

Juramentación del Rey Carlos III ante el arzobispo de Canterbury - Foto por BBC

Con información de Agencia EFE