El coronavirus o covid-19 ha puesto al mundo de cabeza, y nadie lo sabe mejor que quienes están en la primera línea de la pandemia: el personal médico que trabaja en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales en el mundo.

Tal es el caso del doctor Mark Tan del hospital Wythenshawe en Manchester, Inglaterra, quien compuso una conmovedora historia para expresar lo que siente cuando debe dar noticias poco alentadoras a los familiares de los pacientes internos en UCI.

Mark, en declaraciones para la BBC News, aseguró que han tenido que escoger con cuidado sus palabras, ya que les ha tocado hablar de muerte, pero también darles esperanza a los familiares de los pacientes que no los pueden ver o visitar.

"Con el coronavirus hay políticas severamente limitadas respecto a las visitas a pacientes que están en las unidades de cuidados intensivos, así que muchos de mis colegas -incluyéndome- hemos tenido que comunicarnos con los familiares de los pacientes casi exclusivamente por vía telefónica", le explicó Tan a la BBC.

Y agrego: "Sin la información visual y sin la expresión corporal, la comunicación se vuelve muy difícil. Cuando me puse a pensar en las conversaciones que nos hemos visto obligados a tener, me acordé de la canción de Stevie Wonder: I just called to say I love you (Solo llamé para decirte que te amo)".

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"Lamento telefónico por coronavirus" del doctor Mark Tan

Solo llamé para decir… que su marido fue admitido en la unidad de cuidados intensivos

Podía sentir tu sorpresa incluso por teléfono. Me di cuenta de que solo te habías ido a casa unas horas antes.

Me pregunté si te llegaste a imaginar que él iba a ser parte del desafortunado 10 - 15 por ciento de los pacientes con coronavirus que necesitan cuidados intensivos.

Me pregunté si sabías que se necesitaron varios consultores para decidir llevarlo a la unidad de cuidados intensivos.

Probablemente no pudiste ver el miedo detrás de las endebles máscaras de los médicos de emergencias; temiendo tanto por la salud de tu esposo como la suya propia.

Solo llamé para decir… que está estable en la máquina de respiración, con medicamentos para mantenerlo dormido.

Me pregunté si sabes que "estable" significa que tu esposo necesita cerca del límite máximo seguro de presión generado por el respirador para llevar aire a los pulmones.

"Estable" significa que necesita el doble o el triple de la fracción de oxígeno disponible en el aire normal.

"Estable" significa cuatro medicamentos diferentes para mantenerlo dormido y controlar su respiración, cada uno con sus propios efectos secundarios.

¿Te tranquilizaría menos el término "estable" si vieras los múltiples tubos insertados en tu amado esposo, desde el de respiración hasta los que tiene en su cuello? Desde un pequeño catéter arterial en su muñeca hasta el urinario más grande en su vejiga.

Solo llamé para decir que… es demasiado pronto para saber cómo le irá en este proceso de la enfermedad.

Me pregunté si anticipaste que tu esposo pasaría más de un par de días en el respirador, si sabías que las tasas de mortalidad de las UCI en todo el país han estado rondando el 50%.

A pesar de todos nuestros métodos de pronóstico y tecnologías avanzadas, su destino igual podría determinarse lanzando una moneda al aire a ver si cae cara o sello.

Me pregunté si sentías la incomodidad en mi voz, por la necesidad de proporcionar información que puede cambiar tu vida por teléfono.

Me pregunté si estabas tan inquieta en tu asiento como yo, consternado por la constatación de que la próxima quincena determinaría si tu marido viviría para volver a ver tu rostro de nuevo alguna vez.

Me sentí decepcionado por no poder ofrecerte un pañuelo o una mano de apoyo cuando empezaste a llorar.

Solo llamé para decir… que su respiración está empeorando.

Cuando te dije que lo habíamos puesto boca abajo para ayudarlo a respirar, me pregunté si sabías que esto le tomó aproximadamente una hora a siete miembros capacitados del personal para no ponerlo en peligro.

Mientras te explicaba el flujo y reflujo de la estadía de los pacientes en cuidados intensivos, agradecí que no pudieras ver que tenía la cabeza entre mis manos.

Como muchos colegas, me siento desanimado por la falta de mejoría en varios otros pacientes, al igual que tu esposo.

Me desconsuela el prolongado curso de la enfermedad, que nos lleva al límite de nuestra paciencia.

Me siento desmoralizado. Los años de formación y experiencia ahora parecen no tener sentido frente a un contagio novedoso.

Solo llamé para decir… que ha tenido un paro cardíaco repentino. Ya no me pregunté nada más.

Solo estaba apenado. Lamento que el virus haya afectado el corazón de tu esposo. Lamento que a pesar de nuestros mejores esfuerzos, no pudimos resucitarlo. Lamento que no pudieras estar con él durante sus últimas horas.

Lamento que nunca me hayas conocido, o al equipo que lo cuidó. Lamento que, aunque su muerte fue consistente con la tasa de mortalidad general del 5-10 por ciento, sé que él era el 100 por ciento de tu vida.

Solo llamé para decir cuánto nos importa, solo llamé para decir lo siento… Y lo sentimos desde el fondo de nuestros corazones.

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