Dos médicos israelíes de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Zvika Granot y Amnón Lahad, informaron esta semana que, si bien la variante Ómicron del covid-19 es preocupante, no es "un desastre para la salud" y que, incluso, puede que señale el final de la pandemia.

Ambos expertos señalaron que es probable que esté cerca un estado postpandémico en el que vivamos con el coronavirus como lo hacemos con las diversas variantes de la gripe y otros virus.

"Hemos estado conviviendo con el coronavirus por dos años y hemos visto aparecer nuevas variantes. Una nueva variante, por definición, es más contagiosa que la anterior", explicó Granot, según medios internacionales.

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Granot agregó que generalmente los virus que son muy agresivos no son muy contagiosos, y los que son muy contagiosos no son muy agresivos.

Los expertos explicaron que ómicron es más contagiosa que delta, pero que, ante la pregunta de si es más agresiva, concluyen que es "imprescindible" investigar más.

Muchos contagiados, pero pocos enfermos por ómicron

Los consultados apuntaron que la situación es "muy dinámica" y que probablemente se registrarán muertes por ómicron, pero detallan que el fin de la pandemia por coronavirus sucederá cuando haya una variante muy contagiosa y con pocos síntomas, como es el caso actual.

"Mucha gente va a contagiarse. Tendrán mocos y tal vez fiebre por un par de días, pero luego seguirán con su vida normal. Cuando se dan este tipo de situaciones, la gran mayoría se infecta y lo supera, desarrollando verdadera inmunidad grupal", afirmó Granot.

Al mismo tiempo, agregó que, desde algún punto de vista, él cree posible que ómicron sea la luz al final del túnel.

No hay desastre inminente

Por su parte, Lahad dijo que los medios y gobiernos hablan de "situación desastrosa inminente" porque ven que los números de casos positivos van en aumento.

No obstante, añadió que, si se mira en detalle, se comprobará que las pruebas de PCR muestran más casos positivos, pero que no se ve un incremento en casos graves, más bien un descenso o estabilidad.

Según ambos médicos, el movimiento es igual en diferentes países: en Sudáfrica, donde la tasa de vacunación es mucho menor que en Israel, y también en Reino Unido.

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"La catástrofe se encuentra más en la opinión pública que en la situación real en urgencias y clínicas de primeros auxilios", expresó Lahad.

El experto se basa en los datos preliminares que indican que un 60 por ciento de los portadores de Ómicron no presentan síntomas.

Finalmente, apuntó que su misión ahora es tratar de convencer a todo el mundo de que no hay que dejarse llevar por la histeria ni cerrar el país porque esta variante no va a saturar el sistema sanitario.

"Con cautela, pero con optimismo, la variante ómicron es un paso que nos acerca más al fin de la pandemia", concluyeron los expertos israelíes.