Una pareja tuvo su tercer hijo y aunque todo parecía normal, cuando estaban saliendo de la clínica donde la mujer dio a luz a su tercer bebé, se percataron que este no tenía el mismo grupo sanguíneo que ellos, por lo que genéticamente no podría ser su hijo.

El hecho ocurrió en San Isidro, Argentina, con dos enamorados que hicieron un tratamiento de fertilización in vitro, pero como no recurrieron a donación de óvulos ni espermatozoides el niño debería tener material genético solo de ellos.

Por tal razón, la pareja denunció en la fiscalía correccional de San Isidro a la clínica por los presuntos delitos de supresión de identidad, estafa y lesiones.

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Los investigadores del caso consideraron que el problema lo tuvo el instituto de fertilidad. Ahora se está bajo estudio para determinar a quién pertenecía realmente el embrión.

Al respecto, se conoció que el óvulo fue donado, por lo que resta saber quién es el padre biológico entre una reducida lista de clientes de la clínica.

Mientras, el embrión que debió implantarse en la mujer que dio a luz al bebé no resultó apto, por lo que se descartó el nacimiento del hijo genético de la pareja en otra fémina.

Finalmente, la causa penal se cerró y la justicia concluyó que fue un error de tratamiento médico, sin malas intenciones, por lo que no pueden tipificarse los delitos de supresión de identidad ni de estafa y no se corroboraron lesiones. La Fiscalía desestimó el caso.

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