La organización humanitaria Cristosal (no gubernamental) recibió casi 2,000 denuncias de atropellos a derechos humanos, de las que el 97.4 por ciento fueron por detenciones arbitrarias, bajo el régimen de excepción vigente en El Salvador desde finales marzo.

La Asamblea Legislativa aprobó esta medida y la amplió por dos períodos de 30 días más tras una escalada de homicidios que se cobró la vida de 87 personas y se atribuyó a las pandillas.

Este régimen suspende los derechos a la defensa, reunión, organización y la inviolabilidad de las telecomunicaciones.

Abraham Ábrego, director de Litigio Estratégico, indicó en una conferencia de prensa que han registrado a partir de diferentes fuentes -como reportes de la prensa local- la muerte de 46 personas bajo custodia estatal.

Indicó que entre estas muertes hay indicios que "se presumen son ejecuciones extrajudiciales" o fallecidos con enfermedades que tuvieron "atención deficiente" y cuya "responsabilidad" es del Estado.

Agregó que han registrado "casos de tortura y de malos tratos" al momento de las detenciones, además de detenciones por "razones arbitrarias y no legales".

De acuerdo con la exposición de Ábrego, las familias están incomunicadas y, cuando los detenidos tienen hijos, "no se está dando un mecanismo de protección".

El informe de Cristosal señala que las denuncias por violaciones a derechos humanos incluyen a 2,077 personas, de las que 62 padecen enfermedades crónicas, 13 tienen algún tipo de discapacidad física y una está embarazada.

Las víctimas dan cuenta de detenciones sin órdenes de captura y allanamientos de morada sin la documentación legal requerida, a pesar que el régimen de excepción no suspende el derecho de la inviolabilidad de la morada.

Estadísticas

El 86.3 por ciento de las víctimas son hombres y el 11.9 por ciento son mujeres, con una edad promedio de 30 años.

El 97.4 por ciento de las denuncias incluyen señalamientos de detenciones arbitrarias, el 22 por ciento allanamiento ilegal, el 17.3 por ciento también menciona secretismo en el proceso judicial y el 12.1 por ciento señala tortura y malos tratos.

Con estos datos, las denuncias recibidas por las organizaciones humanitarias salvadoreñas y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) superan las 3,000.

Abraham Ábrego señaló que no existe una "razón constitucional por la que el régimen de excepción deba seguirse prorrogando" y que las reformas penales realizadas en el Congreso sustentan las acciones de las autoridades.

De acuerdo con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se está cerca de ganar la "guerra contra las pandillas" con este régimen, que ha dejado más de 40,000 detenciones.

Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro Administraciones.

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