Venezuela vivió el domingo un nuevo autogolpe en su política interior tras la declaración de dos diputados como presidentes de la Asamblea Nacional, creando así más división al interior de este poder del estado.

Todo comenzó cuando el diputado opositor rival de Juan Guaidó, Luis Parra, se autoproclamó presidente del Parlamento de Venezuela con apoyo del chavismo y sin la presencia de Guaidó en el Palacio Legislativo, lo que la oposición denunció como "un golpe de Estado parlamentario".

En horas de la noche, Guaidó se volvió a proclamar presidente del Parlamento, apoyado por los diputados opositores.

Luis Parra, autoproclamado presidente de la Asamblea Legislativa de Venezuela.

Parra, quien tras ser acusado de corrupción rompió hace un mes con Guaidó, se juramentó con un megáfono mientras el jefe parlamentario intentaba, sin éxito, entrar a la sede de la unicameral Asamblea Nacional.

El líder opositor intentó trepar las rejas perimetrales del edificio, pero militares con escudos antimonines le impidieron saltar la verja.

Guaidó tuvo que esperar cuatro horas fuera de la sede del Parlamento, donde forcejeaba con policias y militares tratando de ingresar. Un grupo de legisladores a fin le hacían compañía.

Sí ingresaron, sin problemas, diputados del chavismo y opositores críticos de Guaidó.

La Asamblea Nacional, en su cuenta de Twitter, denunció que Parra se proclamó "sin votos y sin quorum" y la oficina de comunicaciones de Guaidó tildó de "golpe de Estado parlamentario" ese acto.

Los gobiernos del Grupo de Lima y otros del mundo, tuitearón su respaldo a Guaidó y exigieron a Maduro a respetar su mandato.