David Pecker, exeditor del tabloide estadounidense The National Enquirer, confirmó el jueves en un tribunal de Nueva York su asociación con el expresidente Donald Trump en 2016 para enterrar "historias embarazosas" que pudieran dañar la campaña electoral del político republicano.

"Quería proteger a mi empresa, a mí mismo y también a Donald Trump", expresó Pecker, quien también fue ejecutivo del conglomerado mediático America Media Inc., mientras testificaba en el tribunal.

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Trump es acusado de falsificación de registros contables para financiar una "trama criminal", según la Fiscalía, que habría asegurado el silencio de la actriz porno Stormy Daniels y la modelo Karen McDougal, evitando así que salieran a la luz sus supuestas relaciones amorosas con él.

'Atrapar y matar'

El acuerdo, conocido como 'catch and kill' ('atrapar y matar'), implicaba la adquisición de los derechos de estas historias para supuestamente publicarlas en el tabloide, pero con la intención real de archivarlas.

Pecker admitió haber seguido este procedimiento en el caso de McDougal, con un pago de 150 mil dólares que esperaba reembolsarle la Organización Trump, pero no en el caso de Daniels.

"El jefe se pondrá muy nervioso, me dijo Cohen", recordó Pecker, insinuando que Trump estaba preocupado por el impacto en su campaña.

Llamadas

Pecker mencionó varias llamadas con Trump durante 2016, en las que su ánimo fluctuaba a medida que los medios, como The Wall Street Journal o New York Post, se enteraban del acuerdo entre Trump y The National Enquirer.

"Me llamó muy disgustado preguntando cómo había sucedido y diciendo que pensaba que lo tenía todo bajo control. Esa llamada terminó sin despedidas", detalló Pecker.

Sin embargo, Pecker declaró que, aunque no han tenido contacto desde 2019, todavía considera a Trump "alguien cercano".

"Lo sigo considerando un amigo", afirmó el testigo.

Antes de comparecer en el tribunal, Trump estuvo en un acto de campaña en Manhattan y describió a Pecker como "buena gente", lo que la Fiscalía consideró una nueva violación de la orden de silencio que prohíbe a Trump referirse públicamente a testigos, miembros del jurado y trabajadores de la corte.

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