Suppiah está preso desde 2017 y al siguiente año fue condenado a la pena de muerte por contrabandear droga, según informó el diario The New Indian Express.

El hombre fue detenido con más de un kilo de marihuana, el doble de la cantidad mínima que la ley de Singapur castiga con la pena de muerte.

Familiares de Tangaraju, organismos de derechos humanos, Amnistía Internacional y delegaciones diplomáticas de Noruega y Suiza en Singapur, y demás estados miembros de la Unión Europea habían pedido clemencia y un nuevo juicio en su contra.

Los activistas de derechos humanos y parientes del condenado mantienen su versión de que Tangaraju "nunca tocó las drogas".

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"No creemos que mi hermano haya tenido un juicio justo... tengo fe en que el presidente leerá todas nuestras peticiones", dijo la hermana del condenado, Leelavathy Suppiah, el domingo 23 de abril durante una manifestación.

Una sobrina de Suppiah dijo que en una plática que tuvo con él le manifestó que está "preparado" para el miércoles que será sometido a la horca, pero "él cree que Dios lo ayudará".

UE pide abolir pena de muerte

La misión de diplomáticos de Noruega y Suiza en Singapur emitieron este lunes una declaración sobre el caso de la pena de muerte de Suppiah.

La delegación de estos países de la Unión Europea pedían a Singapur conmutar la sentencia de pena de muerte por una sentencia no capital.

La UE instó también al país asiático a abolir la pena de muerte.

"La Delegación de la UE y las misiones diplomáticas de los Estados miembros de la UE y de Noruega y Suiza recuerdan que la UE y nuestros países se oponen firmemente al uso de la pena capital en todo momento y en todas las circunstancias, lo que nunca puede justificarse, y abogan por que Singapur adoptar una moratoria de todas las ejecuciones como un primer paso positivo hacia su abolición".

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