La vestimenta de la Revolución Mexicana, que tuvo lugar entre 1910 y 1920, está minuciosamente documentada a través de fotografías y, en menor medida, videos. Estos recursos visuales muestran cómo la población de la época se vestía, destacando las diferencias basadas en la clase social, profesión y ubicación geográfica.

Asimismo, las prendas de vestir desempeñaban un papel crucial en la identificación de los bandos durante las batallas. Los líderes de las facciones revolucionarias, por su parte, adoptaban prendas específicas como parte de su distintivo personal.

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Tipos de vestimenta en la Revolución Mexicana y su significado

La burguesía

  • Dentro de la esfera política, se establecían normas y trajes de etiqueta para la burguesía. Por ejemplo, el presidente Porfirio Díaz solía llevar un uniforme militar de estilo francés en color negro, con bordes de mangas y cuello rojo, decorado con botones metálicos dorados.

    En otras ocasiones, optaba por trajes elaborados por sastres mexicanos en tonos negro o gris. Asimismo, lucía trajes franceses estilo frac oscuro, compuestos por pantalón negro, camisa blanca, chaleco, zapatos oscuros y levita estilo frac de color oscuro, esta última diferenciándose por ser más corta por delante y con faldones traseros en forma de pico separados o abiertos.

Revolucionarios del norte

  • Destacando el estilo vaquero o ranchero texano, personajes como Pascual Orozco preferían camisas de seda, pantalones de algodón resistente, botas vaqueras de media pantorrilla, corbatas de punta cuadrada, carrilleras de balas a la cintura y sombreros texanos.

Revolucionarios del sur

  • Emiliano Zapata, por su parte, optaba por vestir siempre con ropa elegante de charro en colores negro y café. Su atuendo incluía camisa blanca, pantalón charro, chaqueta charra de gamuza, botas charras al tobillo con espuelas y sombrero de ala ancha.

Adelitas

  • Las soldaderas, al unirse a la guerra, confeccionaban sus propios trajes militares. Algunas preferían faldas y rebosos, mientras que otras adoptaban prendas masculinas de los bandos revolucionarios, desafiando las restricciones de género impuestas por la sociedad patriarcal. Un ejemplo notable es Petra Herrera, quien utilizaba pantalones, reafirmando su libertad para decidir su vestimenta.

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