La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo este martes que el Gobierno que preside su esposo, el exguerrillero sandinista Daniel Ortega, se mantiene en lucha "contra el yanqui", en alusión a Estados Unidos.

"Luchamos contra el yanqui que ha querido tomarse Nicaragua a lo largo de la historia, y porque sabemos que hay que seguir luchando", señaló Murillo, en una alocución horas antes del discurso de Ortega con el que los sandinistas celebrarán el 43 aniversario de la revolución popular que derrocó al dictador Anastasio Somoza Debayle en 1979.

La vicepresidenta nicaragüense, quien ha sido sancionada por Estados Unidos y la Unión Europea por supuestas violaciones a los derechos humanos, afirmó conocer "todas las modalidades de injerencias", ante las cuales se mostró triunfante.

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"Todas las modalidades de injerencias las conocemos, las combatimos, y por supuesto que no creemos en la bondad de los invasores, ninguna generosidad, ninguna bondad, apuestan siempre a matar, apuestan siempre a humillar, apuestan siempre a someter, pero aquí, como dicen todas las canciones: se jodieron", anotó Murillo.

Golpes suaves

La primera dama explicó que este tipo de agresiones no solamente ocurren por la vía armada, sino también a través de "golpes suaves".

"Ahora nos invaden a los pueblos, a los países nos invaden de otras formas, de otras maneras, hay tanta tecnología, cosas que no conocíamos, que hacen todo aparentemente más sutil, lo que llaman golpes suaves, de suaves no tienen nada, porque son criminales", sostuvo.

En su intervención, Murillo refirió que el Gobierno de Ortega tiene maneras de defenderse. "Nos armamos con amor, con ideales, con valor, con infinitos colores, y nos armamos literalmente porque el pueblo armado jamás será aplastado", insistió.

Crisis en Nicaragua

En 2018 las fuerzas del Gobierno de Ortega recurrieron a las armas para reducir masivas protestas antigubernamentales, lo que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dejó al menos 355 muertos, de los cuales el presidente nicaragüense ha admitido 200.

El suceso inició una crisis de la que Nicaragua todavía no se recupera, y que se acentuó en las elecciones de noviembre pasado, en las que Ortega y Murillo fueron reelegidos en sus cargos con sus principales rivales en prisión o en el exilio.

Las relaciones de Nicaragua con Estados Unidos han sido friccionadas cada vez que Ortega ha estado en el poder, primero tras la caída de Somoza Debayle, de 1979 hasta 1990, y luego a partir de 2007, gracias a sucesivas reelecciones.

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