El virus de Marburgo es una fiebre hemorrágica viral altamente infecciosa, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.

Dicha enfermedad se transmite por animales que portan el virus de la familia "Filoviridae", la cual tiene los patógenos del virus del Ébola. Los virus son raros pero tienen la capacidad de causar brotes con altas tasas de mortalidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que este virus persiste en los órganos de los convalecientes como los testículos y el interior de los ojos.

En las mujeres infectadas durante el embarazo el virus está en la placenta, el líquido amniótico y el feto, en las infectadas durante la lactancia materna puede persistir en la leche.

Síntomas del virus Marburgo

  • Fiebre alta
  • Dolor de cabeza intenso
  • Escalofríos
  • Malestar en general

Los dolores musculares y calambres son síntomas comunes. Además pueden incluir ictericia, náuseas, dolor abdominal y diarrea.

En casos graves, la muerte suele ocurrir entre 8 y 9 días después del inicio de la enfermedad y generalmente está precedida por pérdida de sangre severa y hemorragia, así como disfunción multiorgánica.

De manera que, el huésped natural del virus es el murciélago de la fruta "Rousettus aegyptiacus", dichos murciélagos no padecen de una enfermedad detectable.

Pero los humanos se contagian de estos animales y el virus se propaga por el contacto directo con los fluidos corporales de personas, superficies y materiales infectados.

Tratamiento

Hasta el momento, no existen vacunas ni tratamientos antivirales aprobados para tratar el virus.

La atención primaria puede mejorar las tasas de supervivencia como la rehidratación con líquidos orales o intravenosos, el mantenimiento de los niveles de oxígeno, el uso de terapias con medicamentos y el tratamiento de síntomas específicos a medida que surgen.

Destacando que, dicha enfermedad se confirmó el primer brote en Guinea Ecuatorial pero se han informado casos en Uganda, Ghana, La República Democrática del Congo, Sierra Leona y Sudáfrica.

Según registros del Ministerio de Salud, el brote más grande mató a más de 350 personas en Angola en 2005.