“A esos nicaragüenses los tienen encerrados como chanchos, cercados por una alambrada. Son seres humanos. Están rodeados por tropas del ejército de Nicaragua”, es el relato de la estadounidense Tanya Mroczek-Amador, directora de Corner of Love Ministrie (Ministerio del Rincón del Amor), quien le ha dado seguimiento a los migrantes nicaragüenses que se encuentran varados en la frontera de Costa Rica, y que se les ha impedido su paso debido a la pandemia del coronavirus.

El dramático relato denunció la situación en que están unos 350 nicaragüenses dentro de Nicaragua, junto a la línea fronteriza con Costa Rica, que buscan ingresar a su territorio, pero que han sido condicionados por el gobierno de Daniel Ortega.

“Es bien feo. Los tienen acorralados así, como animalitos, como cuando tienen chanchos o algo así, con cercas y todo alrededor y no se pueden ir. Están como animalitos: es realmente terrible. Y lo más feo, lo más terrible, es el fuerte calor. Hay algunos que ni siquiera tienen zapatos. No sé cómo llegaron hasta allí”, describió Mroczek-Amador en una entrevista para El Universal.

Amontonados y acorralados permanecen los nicaraguënses bajo custodia policial. (Foto: Colectivo DDHH Nicaragua).

Además agrega en su relato: “Sólo hay un inodoro, pero sin agua. Cada uno tiene que llevar un recipiente con agua para usarlo. Están en condiciones totalmente inhumanas. Es realmente increíble que esto esté pasando aquí en nuestro hemisferio.”.

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Los nicaragüenses quedaron imposibilitados de ingresar a su país porque el gobierno de Nicaragua condicionó su entrada a la presentación de un certificado de salud para demostrar que están libres del coronavirus. El número bajó porque muchos huyeron de vuelta a Costa Rica, al estar varios días sin poder ingresar a su país.

La aglomeración, que se registró en la frontera de Peñas Blancas entre Costa Rica y Nicaragua, se formó con más de 500 nicaragüenses que vivieron ilegalmente en suelo costarricense y se postularon como refugiados, pero optaron por retornar voluntariamente a su tierra natal.

Algunos tienen que dormir en aceras al aire libre mientras esperan poder ingresar a su país. (Foto: Colectivo DDHH Nicaragua)

Sin embargo, el requisito del documento de salud para verificar que están libres de covid, les dejó sin esa opción y quedaron retenidos porque salieron legalmente de Costa Rica y fracasaron en entrar legalmente a Nicaragua.

“Tienen en común que son totalmente indocumentados. Tal vez tenían carné de refugio y lo devolvieron. Muchos no poseen ningún documento. Quizás sólo tienen una foto de su cédula nicaragüense guardada en su teléfono celular. No tienen pasaporte. Nicaragua les pide pasaporte, prueba de que son negativos de covid o de haber pasado una cuarentena regulada”, cerró.

Algunas organizaciones han realizado donativos de alimentos y otros insumos para puedan sustentarse. (Foto: Colectivo DDHH Nicaragua)

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