¿De qué murió?, se ha vuelto, quizás, en la pregunta más utilizada en los últimos días en Nicaragua, y es que muchos ciudadanos han comenzado a desplomarse en las calles sin ninguna razón, como quien deja caer una pluma desde un edificio.

Los últimos reportes médicos del sistema sanitario nicaragüense dictan que los muertos son por una neumonía atípica, un diagnóstico lapidario que se volvió costumbre en los últimos meses, o mejor dicho desde el inicio de la pandemia del coronavirus (covid-19) en América Latina.

Monseñor Silvio Baez, obispo auxiliar de Managua, capital del país centroamericano, asegura que el gobierno de Daniel Ortega encontró una forma de ocultar los casos y muertos por coronavirus en Nicaragua, atribuyendo los extraños fallecimientos a una neumonía causada por un virus o bacteria que son infrecuentes en la nación.

"En este momento, quienes están en el poder están propiciando el contagio. No han detenido las concentraciones masivas, deportivas, de diversión, de la playa, de todo tipo político y todo eso propicia el contagio", aseguró Baez en una entrevista para El Universal.

El mandatario nicaragüense se ha negado a implementar medidas estrictas de bioseguridad para contrarrestar la pandemia del covid-19, pese a que el brote del virus se sigue expandiendo de forma desproporcional.

En Nicaragua, desde el pasado 7 de mayo se ha dejado de informar sobre la situación del coronavirus, y el último conteo indica solamente 25 casos confirmados, y ocho fallecimientos por la enfermedad. Sin embargo, todo suele indicar que el gobierno está ocultando cifras.

Pero, el Observatorio Ciudadano Covid-19 (OCC-19), una institución no gubernamental creada para romper el silencio en el país centroamericano, divulgó el martes que la cifra oficial de contagiados asciende a los 1,033.

"Desconocemos la razón por la que el gobierno no informa a la ciudadanía sobre estos resultados positivos, puesto que en estos momentos la información salva vidas", mencionó la organización.

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