Sigifredo Ochoa Pérez , el exembajador de El Salvador en Honduras habría cometido supuestos actos de corrupción aprovechando su papel de diplomático.

De acuerdo a testimonios, el funcionario salvadoreño habría desfalcado más de 40 mil dólares.

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¿Cómo operaba?

Un reportaje de PrensaGráfica revela que Ochoa Pérez utilizó el contrato de alquiler de la embajada para desfalcar al Estado de El Salvador.

Un testimonio de Soledad Funes de Donaire, propietaria del inmueble en Tegucigalpa capital de Honduras, confirmó las investigaciones de la Fiscalía.

En estas se revela que "durante los cuatro años de los contratos (2005-2009), el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) canceló $3,000 mensualmente por un local cuyo valor real era de $2,200".

En ese sentido, el exembajador se apropiaba del resto del dinero ($800), según las pesquisas que dio a conocer PrensaGráfica.

Las acciones ilegales comenzaron en 2005 y además de Ochoa Pérez, hay otros dos diplomáticos involucrados.

Se trata de Walter Amaya Escalante, ex ministro consejero de la embajada y Soledad Funes. Según la investigación, los tres imputados supuestamente se quedaron con $107,920 públicos.

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