Nicaragua vive de una forma particular la pandemia del coronavirus (covid-19). El país centroamericano ha tomado de menos un virus que ha mostrado ser letal si no se toman las medidas sanitarias necesarias y adecuadas. Pese a ello, en Nicaragua la vida sigue con normalidad, sin confinamiento y sin cifras oficiales sobre el numero de contagios y muertos por la enfermedad.

Mientras que en Honduras, El Salvador y Costa Rica se mantiene una cuarentena con ciertas libertades para abastecimiento, en Nicaragua la actividad comercial, los deportes, los centros turísticos y eventos políticos se desarrollan de lo más normal en medio de la pandemia que parece no haber llegado a esa zona de Centroamérica.

El gobierno de Daniel Ortega solamente ha reportado 25 casos confirmados de la enfermedad, de los cuales asegura que son todos "importados" (ningún caso por contagio local), pese a que las fronteras permanecen cerradas desde el inicio de la pandemia. Además, solamente se han reportado 8 fallecimientos.

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"Sálvese quien pueda"

En los últimos días, múltiples medios internacionales han puesto en evidencia la crisis que vive el país centroamericano. Personas que se desploman en las calles, entierros misteriosos a medianoche y filas interminables de personas que buscan respuestas de sus familiares en los centros hospitalarios casi colapsados.

Las personas en las calles caminan guardando distancia, usan mascarillas y guantes, los comercios toman sus medidas de bioseguridad, y mientras, camionetas del Ministerio de Salud transportan ataúdes sellados que van directo al cementerio sin el velatorio previo y sin familiares acompañando.

Ante tantas preguntas sin respuestas, el "sálvese quien pueda", parece ser la vía más factible para caer en razón en que lo que pasa en Nicaragua no es nada normal.

Y es que el gobierno ha dejado de informar de la evolución de la pandemia en el país, y las cifras no son convincentes ante tantos fenómenos anormales que no parecen ser alejados de los países más afectados por el virus.

La pandemia de la economía

Los dilemas sobre mandar o no a los niños a las escuelas, el tomar un taxi o el autobus, abastecerse de alimentos y otros insumos por si hay una cuarentena, son algunos que los nicaragüenses tienen presentes y no hay como resolverlos.

Y todo esto a raíz de la crisis generada en 2018 cuando muchos opositores exclamaban la salida del líder sandinista, y en el que las fuerzas del gobierno, incluidos paramilitares realizaron ataques armados y posteriores ejecuciones extrajudiciales que dejaron cientos de muertos, presos y desaparecidos que sus familiares aún claman su aparición.

A lo anterior se suma una crisis económica que no ofrece alivio, múltiples organizaciones de la sociedad denuncian el alto costo de los combustibles, reclaman por un supuesto fraude en la distribución de energía, y exigen transparencia en los datos reales de la pandemia.

Esta es la Nicaragua del covid-19, un país en Centroamérica que en pocas palabras ha sido definido como la nación del "sálvese quien pueda".

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