En la continuación del juicio que se desarrolla en Estados Unidos contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, el narcotraficante colombiano, Harold Poveda Ortega, alias "El Conejo", reveló cómo eran los códigos de la droga en el aeropuerto de la Ciudad de México.

Aparte de "El Conejo", uno de los mayores proveedores de cocaína del Cártel de Sinaloa, otros narcotraficantes y expolícias coincidieron que por años el aeropuerto de la Ciudad de México fue uno de los principales puertos de tránsito de droga en el país, gracias al poder con el que contaba García Luna como máximo jefe de la seguridad nacional.

"El Conejo", nacido en Valle del Cauca, Colombia, contó cómo en una ocasión que viajó a ese país, el capo Jesús "El Rey" Zambada lo llevó al aeropuerto y lo entregó a agentes de la Policía Federal para que lo pasaran sin hacer ningún trámite migratorio.

"El Rey me llevó al aeropuerto y me recomendó con unos agentes de policía. Agarraron una maleta pequeña que llevaba y me acompañaron hasta la puerta del avión. No se hacía ningún trámite, era una belleza", contó Poveda al jurado en la Corte de Brooklyn, Estados Unidos.

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Primeros testigos

Su relato se conoció después de que otros testigos de la Fiscalía relataran que ese aeropuerto fue una pieza clave para mover los cargamentos de droga en la década del 2000, cuando García Luna ocupaba puestos claves en la lucha contra el tráfico de drogas, incluyendo su gestión durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012).

Entre los primeros testigos del juicio contra García Luna estuvo Óscar "El Lobo" Nava Valencia, exlíder del Cártel del Milenio, quien contó que el Cártel de Sinaloa pagaba millones a García Luna para tener el tránsito libre, sin interrupciones de la policía aeroportuaria.

En varias ocasiones, aseguró, llegaban con droga desde países centroamericanos y algunos empleados de la terminal aérea se encargaban de mover la carga.

Los códigos de la droga en el aeropuerto de Ciudad de México

"Por 45, todos en 35 hasta nueva orden", esas eran las órdenes que, según el testimonio de el expolicía federal, Raúl Arellano Aguilera, se transmitían a través de la radio en el aeropuerto de Ciudad de México cada vez que una maleta con droga o dinero llegaba o salía.

Aguilera aseguró que en lenguaje policial, este código significaba que "por una orden superior (45) debían dejar de actuar (35) temporalmente".

Según el testigo, cuando llegaba esta directriz, que solía estar vigente entre una y dos horas y que era emitida "una o dos veces por semana (…) tenía que permanecer en mi área sin hacer revisiones o detenciones".

Aguilera explicó que cuando empezó a trabajar en el aeropuerto, en 2007, estas órdenes le extrañaron, y pronto descubrió que estaban relacionadas con el trasiego de droga que coincidía con la llegada de vuelos de Centroamérica y con la salida de aviones hacia Estados Unidos y Europa.

Sobornos

Según varios testigos colaboradores de la Fiscalía, los narcos Sergio Villarreal Barragán, alias "El Grande" y "El Rey" Zambada supervisaban el tráfico de drogas en el aeropuerto de ciudad de México para el Cártel de Sinaloa.

"El Grande", que fue convocado la semana pasada a testificar, aseguró que el Cártel de Sinaloa pagaba mensualmente a García Luna 1.5 millones de dólares para asegurarse su cooperación.

De su lado, el contable del excapo mexicano, Mario Pineda Villa, identificado como Israel Ávila, aseguró que registró en sus libros de contabilidad más de 10 millones de dólares en supuestos pagos a Genaro García Luna.

Villa, con el alias de "Gordo Malo", registraba los ingresos obtenidos del narcotráfico, así como los gastos y los pagos por los servicios de seguridad estatales, federales y municipales.

Además de los sueldos de los trabajadores o los alquileres de casas y almacenes.

EL narco contable indicó que el mayor pago que registró a nombre de García Luna fue de cinco millones de dólares, pero que también recuerda pagos de 3 millones, un millón y de 1.8 millones de dólares.

También dijo que en lugar de registrar el nombre del exsecretario, junto a los pagos se escribía "El Tartamudo" y "El Metralleta", sobrenombres con los que algunos narcos se referían a Genaro García Luna.

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