En total, Washington ha destinado 6.300 millones de dólares desde marzo para financiar proyectos de vacunas, en grandes laboratorios como Johnson & Johnson, Pfizer y AstraZeneca, y en dos pequeñas empresas de biotecnología, Novavax y Moderna.
Moderna, fundado en 2010 y sin ningún producto en el mercado, comenzó el lunes la última fase de ensayos de su vacuna en Estados Unidos, una de las cuatro compañías en el mundo que ha alcanzado esta etapa.
"Nunca una vacuna contra un nuevo patógeno fue tan rápida", dijo Donald Trump.
Washington también otorgó miles de millones de dólares adicionales para financiar el desarrollo de tratamientos terapéuticos, plantas de producción, fabricación de jeringas y otros insumos médicos.
Trump bautizó sus esfuerzos contra el covid-19 "Operación Warp Speed" (un término de ciencia ficción que significa "más rápido que la velocidad de la luz") y no oculta que su objetivo es vacunar a Estados Unidos primero, lejos de la retórica europea sobre la vacuna como un "bien público global".
Dado que no hay garantía en cuanto a la efectividad de ninguno de los proyectos, los contratos firmados con tres de los desarrolladores (AstraZeneca, Novavax, Pfizer) ya prevén la entrega prioritaria a Estados Unidos de 500 millones de dosis.
"Nunca hemos hecho esto antes", dijo Trump. "Hemos lanzado la producción en masa de las candidatas más prometedores, para que desde el primer día estén disponibles para los estadounidenses de inmediato".
"Y probablemente tendremos un montón para el resto del mundo", agregó.
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