América Latina crecerá un 2.6 por ciento en 2022 y un 2.7 por ciento en 2023, después de una fortísima recuperación del 6.7 por ciento en 2021, y se enfrenta a importantes riesgos como un aumento abrupto en la cantidad de casos de covid-19, tensiones en la financiación y estrés relacionado con la deuda, vaticinó el Banco Mundial.
El crecimiento se ralentizará en la región a medida que se endurezca la política fiscal y monetaria, se prolongue la demora en las mejoras en las condiciones del mercado laboral y las condiciones externas se vuelvan menos favorables, apuntó el organismo en su informe semestral de "Perspectivas Económicas Globales".
El proceso de recuperación hacia los niveles del Producto Interno Bruto (PIB) anteriores a la pandemia será desigual por países y en algunos de ellos tardará más en llegar, aseguró el banco.
Las proyecciones elaboradas hasta fin de 2023 implican que, si se ponderan las cifras en función del PIB, la región de América Latina y el Caribe perderá terreno en el ingreso per cápita no solo en relación con las economías avanzadas, sino también con las de Asia oriental y el Pacífico y las de Europa y Asia central.
El Banco Mundial espera que la economía de El Salvador crezca un 4% este año y un 2.5% en el 2023; por debajo del 8% proyectado para el 2021 y lejos de la caída del 7.9% del 2020.
Para el 2022 y 2023 el multilateral calcula que Belice crecerá un 4% y un 1.8%, respectivamente; Guatemala un 3.9% y un 3.5%; y Nicaragua un 3% y un 2.5 %.