¿Qué se celebra el 31 de mayo en México? Es lo que muchos se preguntan en esta fecha, en donde la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfatiza su importancia para la salud de la población en todo el mundo.

El Día Mundial sin Tabaco es una fecha emblemática que se celebra cada año el 31 de mayo y se estableció por medio de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1987.

Esta jornada tiene como objetivo principal concienciar a la población sobre los riesgos para la salud asociados al consumo de tabaco y promover políticas efectivas para reducir su consumo a nivel mundial.

La importancia del Día Mundial sin Tabaco radica en que el tabaquismo es uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo.

Según la OMS, el consumo de tabaco es la principal causa prevenible de enfermedades y muertes prematuras en todo el mundo. Cada año, más de 8 millones de personas mueren debido a enfermedades relacionadas con el tabaco, y se estima que para el año 2030, esta cifra podría aumentar a más de 10 millones de muertes anuales.

El tabaco no solo afecta a quienes lo consumen, sino también a quienes están expuestos al humo de segunda mano. Los efectos del tabaco en la salud son devastadores, ya que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, diversos tipos de cáncer (como el de pulmón, boca, garganta, esófago y páncreas), y contribuye a complicaciones en el embarazo y el desarrollo de enfermedades en los niños expuestos al humo.

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Consecuencia de consumir tabaco

  • Enfermedades cardiovasculares: El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, como enfermedad coronaria, infarto de miocardio, hipertensión arterial, enfermedad arterial periférica y accidente cerebrovascular. El humo del tabaco contiene sustancias tóxicas que dañan los vasos sanguíneos, aumentan la formación de coágulos y disminuyen el flujo sanguíneo, lo que puede llevar a graves problemas cardiacos.
  • Enfermedades respiratorias: Fumar tabaco es la causa principal de enfermedades respiratorias crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el enfisema pulmonar y la bronquitis crónica. El humo del tabaco irrita y daña los pulmones, dificultando la respiración y causando tos persistente, producción excesiva de mucosidad y falta de aire.
  • Cáncer: El consumo de tabaco está estrechamente relacionado con el desarrollo de diversos tipos de cáncer, como el cáncer de pulmón (el más común y mortal), cáncer de boca, garganta, esófago, páncreas, riñón, vejiga, cuello uterino y leucemia. Los químicos tóxicos presentes en el humo del tabaco dañan el ADN y promueven el crecimiento descontrolado de células cancerosas.
  • Problemas en el embarazo y el desarrollo infantil: Las mujeres embarazadas que fuman tienen un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo, como parto prematuro, bajo peso al nacer y muerte fetal. Además, los niños expuestos al humo del tabaco en el útero o en el hogar tienen un mayor riesgo de sufrir problemas respiratorios, infecciones recurrentes, asma y trastornos del desarrollo cognitivo.
  • Envejecimiento prematuro y daño estético: Fumar acelera el proceso de envejecimiento de la piel, causando arrugas prematuras, manchas y un tono de piel apagado. El tabaco también contribuye a la pérdida de elasticidad y firmeza de la piel, lo que puede dar lugar a la formación de bolsas debajo de los ojos y arrugas profundas alrededor de la boca.
  • Adicción y dependencia: La nicotina presente en el tabaco es una droga altamente adictiva. Fumar de manera regular crea una dependencia física y psicológica, lo que dificulta abandonar el hábito. La adicción al tabaco puede afectar negativamente la calidad de vida y causar estrés, ansiedad y depresión en aquellos que intentan dejar de fumar.

¿Por qué es adictivo el tabaco?

Fumar es adictivo principalmente debido a la presencia de nicotina en el tabaco. La nicotina es una sustancia química altamente adictiva que actúa sobre el sistema de recompensa del cerebro, generando sensaciones placenteras y gratificantes.

A medida que se fuma, la nicotina se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y llega al cerebro en cuestión de segundos.

Una vez en el cerebro, la nicotina estimula la liberación de neurotransmisores, como la dopamina, que están asociados con la sensación de placer y recompensa. Esta liberación de dopamina crea una sensación de bienestar y relajación, lo que refuerza el deseo de seguir fumando para mantener esos efectos positivos.

Además de su efecto placentero, la nicotina también actúa como un estimulante, aumentando la concentración, la atención y el estado de alerta. Esto puede llevar a que los fumadores asocien el acto de fumar con la mejora del rendimiento cognitivo y busquen repetir esa sensación.

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