La imagen de la primera captura, en 2019, de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán "El Chapo", está volviendo a circular en redes sociales tras su segunda detención y a internautas les ha llamado la atención los escapularios que utiliza.

Y es que uno de los colgantes que llevaba Ovidio era un escapulario con el Santo Niño de Atocha. Según el catolicismo, esta devoción ayuda a los creyentes a lograr causas imposibles e interviene para que los desesperados logren encontrar un camino hacia la salida de sus problemas que parecen no tener solución.

Esta creencia tiene origen en España, cuando se difundió una leyenda de que el pequeño Jesús que carga la imagen de Nuestra Señora de Atocha desaparecía por las noches para alimentar a los cristianos que habían sido encarcelados por musulmanes.

Escapularios de Ovidio Guzmán.

A México llegó la devoción por el Santo Niño de Atocha en el siglo XVIII y se instauró en Zacatecas. Las personas difundieron la creencia de que la imagen lograba interceder por las personas que se encontraban en prisión.

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Además, la leyenda cuenta de que una mujer de Durango, México, que estaba en la cárcel en 1829 logró su liberación gracias al apoyo de un joven que se identificó como Manuel Atocha.

Artículo personalizado

Este no es el único artefacto que utiliza el hijo de El Chapo, ya que también porta un tejido con estambre personalizado.

Según los medios mexicanos, este segundo amuleto es símbolo de protección que mandaron a hacer exclusivamente para él.

Con la expansión de la denominada narcocultura, varios criminales tomaron la imagen como amuleto.

¿Costosos?

Según el sitio El Sol de México, estos productos de Ovidio Guzmán se vendieron por un precio de 900 pesos mexicanos (1,149 lempiras).

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