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Una discusión entre dos reclusos del pabellón 8 de la cárcel de Tuluá, Colombia, terminó en una tragedia este martes tras provocar un incendio que dejó 51 muertos y más de 20 heridos .
“Hubo una riña entre ellos mismos, se atacaron con objetos contundentes. Dos privados de la libertad se estaban agrediendo, posiblemente pudo haber heridas con armas blancas artesanales como son los cepillos de dientes que ellos mismos utilizan”, relató el director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), general Tito Castellanos.
Según el Instituto Penitenciario, cuando la seguridad llegó para controlar la situación algunos reclusos prendieron fuego a sus colchonetas y un par de instantes después las llamas se salieron de control. Adentro, los más de 160 presos se enfrentaban a un incendio de grandes magnitudes.
“Las llamas eran tan desesperantes que se tuvieron que meter debajo de los colchones”, contó la familiar de un recluso de la cárcel de Tuluá, sitio que tiene una sobrepoblación del 17% y una infraestructura obsoleta, según Noticias Caracol.
"En ese pabellón de más de 60 años de antigüedad no hubo cómo apagar oportunamente las llamas", agregó.
El director del Inpec detalló que este centro de reclusión “no contaba con sistemas antincendios, lo que manejamos nosotros inicialmente son los extintores portátiles que estaban a cargo de la guardia y fueron utilizados totalmente”.
El cuerpo de bomberos del municipio con todas sus capacidades llegó para atender la emergencia mientras el humo se propagaba por toda la penitenciaria.
“Ellos pedían auxilio, se quemaban vivos, nadie abría la puerta. Fue negligencia, los dejaron quemar vivos”, gritó uno de los presos sobrevivientes por una ventana, ante las cámaras de Noticias Caracol.
Familiares de algunos de los presos aseguran que muchas de las víctimas murieron en las celdas, impotentes y acorralados por las llamas y el espeso humo.
A 2:30 de la madrugada el incendio estaba controlado, pero decenas de reclusos fueron trasladados a centros asistenciales.
Dos de ellos murieron en hospitales del municipio y otros 49 fallecieron al interior del pabellón 8 de la cárcel de Tuluá, cuyas ventanas y barrotes teñidos de un oscuro cenizo dan cuenta de la magnitud de la tragedia que viste de luto al corazón del Valle.
