Una sospecha de infidelidad originó una búsqueda por cielo, mar y tierra para encontrar el paradero de su verdadera hija. Esta es la historia de José Gregorio Hernández, un colombiano de 36 años de edad, quien no descansó hasta conocer a la bebé que procreó con su pareja, pero que debido a una confusión del hospital fue intercambiada por otra.

Según reveló Infobae, la historia se remonta a mediados de 2015 en el municipio colombiano de Santo Tomás Atlántico, cuando Hernández recibió la noticia que sería papá, por cuarta vez, pero esta vez con una relación fuera del matrimonio.

El emocionado padre recuerda que su hija, de crianza, nació el 21 de marzo de 2016, en el Hospital Niño Jesús de Barranquilla, Colombia, aproximadamente a las 2:50 de la tarde, no obstante, pese a la tranquilidad de que todo había salido bien, él cuenta que no sintió la misma emoción que cuando nacieron sus otras tres hijas.

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“En el día del parto a mí me avisaron pero no pude asistir por cuestiones laborales. Es una noticia que se recibe con mucha motivación y al principio todo estuvo bien, la registramos a mi nombre y en principio todo fue normal”, comentó José Hernández a Infobae en una entrevista publicada el sábado 3 de octubre.

Salomé y Saray ahora conocen su historia y comparten tiempo como hermanas.

La duda creció en el padre, quien inicialmente presintió haber sido víctima de una infidelidad, por parte de la mujer con la que él le había sido infiel a su esposa. Sin embargo, ante la duda, insistió en conocer la verdad, por lo que tres años después, en marzo de 2019, decidió someterse a una prueba de ADN, aunque sin contarle a Noris, la madre de la menor. El resultado reveló que no era su padre.

Hernández relató que reclamó a la mujer el supuesto engaño, pero ella le afirmó que no había estado con nadie más. Aceptó someterse a una prueba, tres meses después.

"Los resultados de esa segunda prueba llegaron el 25 de junio de 2019, eran contundentes, Noris tenía un 99 por ciento de incompatibilidad con la pequeña Salomé: ella tampoco era su madre", cita Infobae, según datos revelados por el hombre.

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De acuerdo con la versión del hombre, quien en medio de su angustia y la de su pareja, al conocer ambos resultados destinaron todas sus energías en conocer la verdad. Interpusieron un recurso para solicitarle al hospital el registro de todos los partos entre el 20 y 22 de marzo de 2016, para intentar dar con el paradero de su verdadera hija.

Ahora pasan tiempo juntas, sabiendo la verdad, pero en el mismo hogar donde se criaron.

Fue en septiembre de 2019, casi dos meses después de haber conocido el resultado de la prueba con la madre, que obtuvieron la respuesta del centro asistencial, que reveló que el 21 de marzo de 2016 junto con Salomé, su pequeña hija criada por cuatro años, habían nacido otros siete bebés, cinco niñas y dos varones.

El hombre afirma que él sentía que entre esas cinco niñas estaba su hija. Estaba seguro que no había sido un varón, por lo que intentó contactar a los padres de todos esos menores para contarles lo ocurrido. Las redes sociales jugaron un papel fundamental. El hombre encontró a una de las mujeres que dio a luz en ese entonces, se trataba de Ana Cecilia, quien en su perfil de la red social tenía fotos de la pequeña, a quien bautizó como Saray.

Según Hernández, el parecido físico entre la pequeña y él era impresionante, caso contrario a los padres que Saray tenía hasta ese momento, ya que Ana Cecilia y su esposo son de tez blanca. De acuerdo con la reacción de la mujer, esa fue una característica que sintieron extraña a medida pasaban los años, pues veían cómo el tono de piel de la pequeña Saray se iba oscureciendo.

Se pusieron en contacto y, tras meses de recibir por mensajes la versión del hombre, de quien desconfió en un inicio y pensó que quería secuestrar a la pequeña, accedió a realizarse las pruebas. En efecto la hija de José y Noris era Saray, mientras que la pequeña Salomé era la hija biológica de Ana.

Pese a que ambas madres se negaron a intercambiar a las menores, hoy las niñas crecen conociendo la verdad y recibiendo amor doble, en dos hogares marcados por una confusión que cambió por completo la vida de estas familias, separadas por la distancia entre los municipios colombianos de Santo Tomás Atlántico y Chimichangua, pero unidos por un lazo de amor que decidieron mantener vivo.

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