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Después de la pandemia, huracán a la vista…


En el año 1974 un huracán de nombre Fifí, impacto con la fuerza de un ciclón categoría 2 el territorio hondureño, hizo estragos principalmente en la costa norte, el saldo en pérdidas humanas fue de entre 3,000 a 10,000 muertes directas, mientras las pérdidas materiales rondaron arriba de los 8,000 millones de dólares, para aquella época un mega impacto económico sin precedentes.

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Crecí escuchando, de las personas mayores, muchas historias acerca de este fenómeno mortífero que nos llenó de luto y dolor; historias que fueron opacadas 24 años después por la que se denominó la tragedia más grande del siglo XX.

Justamente cuando estaba por concluir la temporada de huracanes de 1998, y para ser más precisos, el 22 de octubre se formó el temible huracán Mitch categoría 5; una mega turbina de vientos cuyas rachas superaban los 300 kilómetros por hora y que recogió cuánta agua pudo del Océano Atlántico para precipitarla de una sola vez en el territorio hondureño dejándonos literalmente en pedazos, haciendo retroceder nuestra economía 20 años.

En las más de dos semanas que se mantuvo formado, Mitch fue capaz de matar a 20 mil personas y los daños materiales fueron incalculables, sin duda una maquina mortífera que desoló no solo el territorio hondureño sino también otros países de la región, antes de disolverse cruzo todo el atlántico y su fuerza brutal alcanzo el Reino Unido.

No es de mi agrado recordar estos fenómenos y sus severas consecuencias y más en la época de incertidumbre y miedo que estamos viviendo producto del mortal virus Covid-19 que nos tiene confinados en nuestras casas para evitar un contagio masivo, sin embargo es mi obligación lanzar esta ALERTA PREVENTIVA sobre la alta posibilidad que existe que en este 2020 podamos recibir los indeseados impactos de forma directa de un huracán por las siguientes razones:

Esperamos la formación de entre 16 a 18 tormentas y de estas, 8 se convertirían en huracanes.

1-Todos los pronósticos especializados apuntan a que tendremos una temporada ciclónica por encima de lo normal.

2-Estamos en el ciclo de los 20 años de impacto de un huracán.

3-Las nuevas condiciones que impone el calentamiento global.

4-La ausencia del fenómeno del niño.

Referente al numeral 1, tanto el primer pronóstico de una empresa meteorológica privada de los Estados Unidos, como un segundo pronostico emitido por el equipo científico de la universidad Estatal de Colorado comandado por el investigador Philip Klotzbach con 43 años de experiencia, nos alertan de una temporada de huracanes 2020 muy activa, por encima de la media normal.

¿Qué significa una temporada de huracanes por encima de la media?

Significa que el número de este tipo de fenómenos aumenta para este año y de 12 tormentas con nombres, que representa una temporada normal, esperamos la formación de entre 16 a 18 tormentas y de estas, 8 se convertirían en huracanes. De los cuales 4 serían huracanes mayores alcanzando las categorías 3 y 5 en la escala de medición Saffir Simpson.

En el numeral 2 sobre el ciclo de los 20 años, se hace referencia a la estadística precedente sobre el impacto de un potente huracán cada 20 años en nuestra región, desde el huracán Mitch a la fecha hemos recibido el impacto de tormentas, pero estamos cumpliendo 22 años de no recibir el impacto directo de un huracán y tras cruzar el umbral de los 20 años, las posibilidades se han incrementado.

Sobre las nuevas condiciones que impone el calentamiento global a la que hace referencia el numeral 3, tiene que ver con las históricas temperaturas altas que se registran en la tierra y los océanos, lo que incrementa los flujos de vapor hacia la atmosfera que es precisamente el combustible que necesitan los huracanes para desarrollarse, entonces entre más vapor, mayor potencia, más peligrosidad adquieren estos fenómenos tropicales.

Esperamos la formación de entre 16 a 18 tormentas

Y finalmente el numeral 4 que hace referencia a la ausencia del fenómeno del niño, esta condición favorece la formación de más huracanes, porque sin las travesuras del niño produciendo anomalías en las aguas del Pacífico, baja la cizalladura del viento vertical en el atlántico y las condiciones se vuelven muy favorables para la mayor formación de tormentas.

Tras esta exposición, no debe caber la menor duda que estamos frente a una GRAN AMENAZA y no quiero imaginar el escenario de salir totalmente golpeados por la pandemia del coronavirus y seguidamente ser arrollados por un huracán, como dicen por ahí que Dios nos agarre confesados.

La temporada de huracanes iniciará el próximo 15 de mayo en el Océano Pacífico y el 1 de junio en la cuenca del Atlántico.

Cuidar nuestro planeta y los recursos naturales de los cuales depende nuestra existencia, es una obligación de todos y si nos vamos a ensuciar las manos que sea por la Tierra.

Cuídense mucho, siempre los quiero como lectores y no como noticia.


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