Como no tenía que ser. Como nunca debe ser. Como nunca más debe repetirse. Honduras quedó eliminada del fútbol olímpico de Tokyo 2020 al caer goleada 0-6 ante Corea del Sur en el cierre del grupo D.

Partido amargo, en un estadio enorme, vacío, doloroso... el Yokohama Stadium será para nunca olvidar.

Además de la goleada, el equipo se vio ampliamente superado, goleado, sometido. La dinámica del campeón de Asia fue ampliamente superior.

Muchos cuestionarán los primeros dos penales sancionados por el árbitro búlgaro Georgi Kabakov, pero a decir verdad, solo fueron el agregado de una noche catastrófica hondureña.

Pero no se debe dejar de señalar el mal planteamiento del equipo, algunos cambios que a la lógica de un aficionado o redactor no hacen sentido...

El primer gol de fue apenas a los 12 minutos del partido.

El segundo gol también llegó por una falta penal.

El tercer gol también fue obra de Won, con un remate dentro del área ante el mal rechazo de la defensa.

Al final del primer tiempo, los jugadores hondureños reclamaron al árbitro los penales y la expulsión de Meléndez.

Pero hay que decirlo, Carlos Meléndez salió bien expulsado del campo.

Ya en la segunda parte, Honduras intentó adelantarse en los primeros minutos, pero el ánimo se fue apagando cuando llegó el cuarto gol.

En una falta del Buho Cristopher Meléndez sobre Won, que se revisó en el VAR, el mismo Won marcó su tercer gol y se retiró a dormir.

Desde allí, Honduras se quedó taciturno. El equipo no respondió salvo dos o tres corridas de Bryan Moya y Rigo Rivas.

No hay duda, el equipo ya estaba afectado.

El entrenador Falero mandó a Jorge Álvarez para colaborar, pero poco cambio el panorama.

EL equipo gol fue una centella desde fuera del área de Jinya Kim al 69 y el sexto gol al 81 por medio de Kangin Lee.

Destacar la labor de Alex Güity en el arco. De no ser por sus acciones, Honduras hubiera registrado un resultado peor.

No se puede culpar a los muchachos, quienes tomaron la decisión de pasear la pelota en los últimos nueve minutos y acabar de una vez con esta pesadilla.