Fake news y libertad de expresión
Un reconocido profesor de periodismo español advierte que se trata de un viral fenómeno anti periodístico, de rápida propagación y capaz de multiplicar la zozobra en la que estamos viviendo.
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Al igual que el coronavirus, las noticias falsas y la desinformación convertidas, sino todavía en una pandemia, en un virus informáticamente alérgico que se ha ido propagando a través de redes y ecosistemas.
Un tema de trascendental importancia que HRN ha analizado con un panel de respetados comunicadores y académicos, bajo la actual situación derivada de la pandemia, y entendiendo que el periodismo está llamado a promover la seriedad, la responsabilidad, la credibilidad y la confiabilidad en el tratamiento de las informaciones, en los análisis y en las opiniones.
El panel conformado por los periodistas Aldo Romero, Noé Leiva y Gerson Gómez, de tunota.com, ha ponderado un balance entre la verdad y las falsas noticias, conviniendo que “las fake news” son la expresión de un “anti-periodismo” que se ha apoderado de las redes sociales. Un peligroso virus que se ha propagado y un arma de destrucción masiva” que hay que combatir.
VEA: Libertad de prensa y de expresión: un legítimo derecho y compromiso
Es que estamos en una era que nos pone en riesgo de ser absorbidos por informaciones y noticias falsas contadas como verdades y revestidas de credibilidad.
Las “fake news” no son, en manera alguna, desinformación, ni manipulación o medias verdades. Son, llanamente, mentiras contadas como verdades o medias verdades, que persiguen tres objetivos: Atizar conflictos, dividir sociedades y generar incertidumbre.
Frente a esto y más estamos los que tenemos acceso a las redes digitales de comunicación. Frente a un escenario sombrío que además proyecta que para 2022, la mitad de las noticias divulgadas serán falsas, mientras hoy día, ocho de cada 10 personas no saben distinguir entre noticias verdaderas y falsas.
Ante el peligro que suponen las “fake news”, los periodistas debemos actuar con recelo y considerar que “todos los materiales que recibimos son falsos y obligatoriamente sujetos a ser contrastados con la verdad; es decir, corroborados con las fuentes”. También hay que tomar en cuenta que existe una delgada línea fronteriza entre la “desinformación” y las “fake news”.
Los medios de comunicación tienen, en este momento, un papel primordial que deben cumplir: prestigiar las funciones del periodismo y promover el profesionalismo de los comunicadores.
Los medios responsables y los periodistas tenemos el reto de reinventarnos desde la academia, en un mundo donde los generadores de contenido no solamente son los reporteros o los editorialistas.
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Estamos, claro que sí, enfrentados a dos virus: El covid que se está cobrando vidas, debilitando la economía y construyendo un nuevo orden de cosas, y la desinformación que multiplica la zozobra.
No podemos olvidar que los gobiernos, incluido el nuestro, suelen instrumentalizar a los periodistas y tomar ventaja de la manipulación de las noticias para hacer que trasciendan falsos logros y para influir en la opinión pública. Estamos, entonces, llamados a hacernos un examen de consciencia.
Si un lado positivo tienen las “fake news” es que nos empujan a evaluar el trabajo de los medios y de los periodistas serios y comprometidos; esto es, saber cuáles son nuestros desafíos, amenazas, riesgos y hacia dónde enfocar el ejercicio de la información.
Lo bueno es esta otra pandemia se puede combatir con educación y buena prensa.
Otra clave para hacer buen periodismo y desarmar las noticias falaces es el contraste de la información, la “verificación” o lo que portales como tunota.com, HRN digital y Televicentro están haciendo: el “checking list”.
En el foro nos hemos planteado si la penalización de las “fake news” tendría consecuencias sobre la libertad de prensa y expresión, y hemos convenido en que es una tarea difícil, dado que se realizan muy pocos esfuerzos tendientes a condenar a los generadores del material falso.
Están en riesgo de desaparecer los medios convencionales y serios como son HRN-Emisoras Unidas-Televicentro y de sucumbir ante el virus de las fake news? La pregunta es compleja e igualmente su respuesta, pero –en lo que corresponde a nuestro país- las empresas de liderazgo y credibilidad han demostrado en la presente emergencia que la población se inclina por la verdad, y el compromiso con la verdad sigue siendo la inclaudicable e innegociable bandera de los medios de comunicación líderes de Honduras.
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