Hace 20 años los jefes de estado del mundo firmaron una declaración en la que se comprometieron a luchar contra la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación medioambiental y la discriminación de la mujer, a esta declaración de Naciones Unidas se le llamo “Declaración del Milenio” y de aquí se derivaron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) vinculados a los temas sociales, sanitarios y medioambientales mencionados, tristemente estos objetivos fracasaron porque se dice se basaban en promedios nacionales y no contaban con la realidad de las comunidades más vulnerables y alejadas.

Tras este fracaso, Naciones Unidas y ante las realidades de deterioro mundial, en el año 2015 adopto la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, presentándola como un plan de acción para las personas, el planeta y la prosperidad, también con la intención se dijo, de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia, de esta agenda se desprenden los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que con imágenes estoy ilustrando en el presente artículo.

Al analizar estos objetivos que vienen acompañados con 169 metas, es fácil deducir que tampoco se lograran, porque son objetivos demasiado ambiciosos muy lejos de la voluntad política de cumplirlos y dentro de las evidencias de esta aseveración me remito a los 5 años con pocos avances que han transcurrido desde que todos los estados miembros de la ONU firmaron esta nueva declaración, diría que más bien hemos retrocedido por diferentes factores, entre ellos además de la ya mencionada poca voluntad política, el aceleramiento del cambio climático, los impactos severos en la economía mundial producto de la pandemia del covid-19 y una sociedad apática, así los ODS van pintándose del mismo color (FRACASO) de los ODM.

En la cumbre de los Objetivos del Desarrollo Sostenible realizada el 2019 los líderes mundiales se pronunciaron sobre el poco tiempo restante para cumplir con los ODS y solicitaron con “optimismo” declarar los siguientes 10 años como la “DÉCADA DE LA ACCIÓN”, pero tomando como referencia los pocos avances en los cinco años anteriores y ahora con retos mayúsculos, no puedo compartir tal “optimismo” y más cuando sabemos que el cumplimiento de estos objetivos del desarrollo sostenible no son jurídicamente obligatorios y su cumplimiento y éxito se basan en políticas, planes y programas de desarrollo sostenible de cada país.

Por las razones expuestas, los Objetivos del Desarrollo Sostenible se alejan cada día más y como la conducta humana es de reacción y no de prevención, estoy seguro que vamos a esperar la catástrofe global para reaccionar, seguimos distrayéndonos en el camino de los temas más urgentes y relevantes, en las redes sociales y medios de comunicación se mediatizan temas y como un espectáculo circense el público aplaude y opina hasta de lo que no sabe, ni la cruel pandemia que nos está sacudiendo nos hace reaccionar, hay una emergencia climática acumulada de muchos años que ya comenzó a apretarnos el cuello.

De forma gradual van desapareciendo los recursos vitales que sostienen la vida en nuestro planeta, los virus, plagas, nuevas enfermedades, olas de calor y frío, inundaciones y sequías extremas, suelos estériles, desaparece la flora y fauna, los mares acidificados no paran de subir de nivel por la expansión térmica y el deshielo acelerado de polos y glaciares, pérdida masiva de cultivos, bosques, fuentes de agua dulce, las corrientes oceánicas y atmosféricas cambian, estamos perdiendo hasta el núcleo protector de la Tierra y la lista continúa, con la agravante de no importarle a nadie y cuando digo a nadie es a nadie, por esa razón y al ver como se invierten los valores en nuestra sociedad mundial, con dolor pienso que nos merecemos todo lo que sucede y lo que está por suceder, el problema es que las nuevas generaciones no tienen porqué pagar las irresponsabilidades pasadas y presentes, sin excusas tenemos que asumir nuestros deberes en nuestra casa común así como somos brillantes para reclamar nuestros derechos.

El primer objetivo de desarrollo sostenible dice “FIN DE LA POBREZA” y de acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial (BM) entre 40 y 60 millones de personas caerán en la pobreza extrema en el presente año 2020 en comparación con cifras del 2019, el segundo objetivo dice “HAMBRE CERO” y la UNICEF reporta anualmente la muerte de millones de personas entre ellas, 6 millones de niños menores de cinco años por falta de alimentos. El tercer objetivo de desarrollo sostenible menciona “SALUD Y BIENESTAR” que se cumpla es también una utopía, según el llamado Estudio Global de la Carga de la Enfermedad (GBD) más del 95% de la población mundial tiene algún problema de salud y en muchos casos hay personas con hasta cinco enfermedades.