Hemos creído siempre que la promoción de los valores universales y la construcción de una cultura de transparencia y lucha contra la corrupción, son pilares de una sociedad que se precie de justa, libre y solidaria.

Y son además tareas de todas y de todos, pero estructuralmente, de un Estado comprometido con esos valores universales y con la urgencia de levantar una institucionalidad cuya función suprema sea gestionar y garantizar los preceptos en los que se enmarquen todos esos valores y los derechos que a cada ciudadano de este país le confiere su constitución.

Valores que contribuyan a la convivencia ciudadana en una sociedad en la que el respeto a la vida, la protección de la familia, la  justicia, la libertad y la democracia, sean el eje articulador -y no tanto un mandato constitucional-  de un estado que por sobre los intereses particulares o mezquindades gremiales o partidistas, ponga a la persona humana como el centro de todo.

De ahí que en nuestros medios de comunicación, ligados al corazón del pueblo y a la promoción de los valores éticos, como la dignidad e integridad del ser humano, celebramos y acompañamos una iniciativa ciudadana a través de las plataformas Provida y Generación Celeste,  que es más que una campaña, para formar y transformar una nueva cultura de transparencia e integridad, vitales en la construcción de un nuevo estado y en la generación de cambios con la perspectiva de edificar colectivamente una sociedad más justa, igualitaria, equitativa, en paz.

Una sociedad en la que trasciendan y brillen los valores de la transparencia, la honestidad y el compromiso social, por encima de los intereses mediáticos y de grupo que aquí han cooptado el derecho que también tienen los desposeídos, los ignorados, los desplazados, los marginados, los de a pie, a una vida mejor.

Por eso es que aplaudimos y acompañamos la iniciativa ciudadana denominada Proyecto Vota Valores, que es no es más que la tarea de formar ciudadanos y ciudadanas concienciados, responsables, informados,  comprometidos con  una sólida cultura de valores. Ciudadanos desafiados y decididos a fortalecer los procesos de construcción de una sociedad civil, fuerte y organizada, cimentada en los valores de la democracia, la justicia y la solidaridad.

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Casi nada dirán algunos. Desafíos que pongan por delante la honestidad, el compromiso social y la responsabilidad. Valores formativos para la transparencia e integridad, como un aspecto esencial en la vida de una sociedad y un Estado.

¿Será acaso mucho pedir en un país como el nuestro?. ¿Acaso estará en los cuernos de la luna aspirar a formar ciudadanos responsables y con sólidos valores?. ¿No quisiéramos para nosotros y nuestros hijos vivir en una sociedad fundamentada en los valores universales de la integridad, solidaridad, tolerancia, unidad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, respeto, responsabilidad,  igualdad de oportunidades, bienestar común, justicia social, para vivir bien?. Valores que guiarán  nuestra forma de vida, que favorecerán la cooperación y nos permitirán vivir en armonía y en  sociedad?.

Herramientas además que como sociedad nos ayudarían a hacer trascender la importancia de los valores, los principios éticos, nuevas perspectivas para el desarrollo del país. Estamos entonces con esta iniciativa y la acompañamos en el fortalecimiento de la transparencia y de una ciudadanía consiente e informada, demandante de honestidad y transparencia a nuestra clase política.

En tiempos en los que como decía el laureado escritor universal, Eduardo Galeano, importa más el funeral que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios, la cultura del envase desprecia los contenidos y robarle al erario público es sinónimo de viveza e inteligencia, nunca pero nunca dejemos de valorar la esencia de la persona humana y todo aquello que haga cultivar y promover lo que les garantice convivencia, inclusión, dignidad, respeto, justicia y un buen vivir.