La Selección Olímpica de Honduras se despidió goleada 6-0 de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, siendo la segunda vez que se despide del torneo olímpico con una paliza de seis goles.

Justamente en Río 2016, Honduras perdió 6-0 ante Brasil, pero en instancia semifinales, a diferencia de Tokyo 2020 que la paliza se registró en la fase de grupos.

En aquella oportunidad, marcaron para Brasil -a la postre campeón- Neymar (1 y 90), Gabriel Jesús (26 y 35), Marquinhos (51) y Luan (79). El equipo era dirigido por Jorge Luis Pinto y el partido se jugó en el enorme estadio Maracaná el 17 de agosto de 2016.

Ahora, este 28 de junio, nos ha goleado Corea del Sur con goles de Won Du-Jae (19) y Hwang Ui-Jo (12, 52), que también marcó a puerta vacía (45+4), y los goles de Kim Jin-Ya (64) y Lee Kang-In (82), en otro enorme estadio, el International Yokohama Stadium.

De paliza en paliza

Habrá que revisar, las participaciones de Honduras en fases finales de los torneos FIFA a los que se está clasificando.

La grada de Concacaf parece haberse superado, o al menos dominado, sin embargo, las participaciones en los mundiales y juegos olímpicos nos están quedando grandes.

Por ejemplo, la sub-20 salió goleada 12-0 contra Noruega en 2019, goleada de Brasil 2014 a nivel Mayor por Francia (3-0) y Suiza (3-0) y ahora retirada del fútbol olímpico con imborrables heridas.

Ciertamente, Honduras debe seguir clasificando a estos eventos, pero es tiempo de que la meta no sea solo participar, sino establecerse metas a corto, largo y mediano plazo.

Y una vez más, por ejemplo; con la Mayor, se cumplió el regreso en 2010, se marcó un gol en 2014 (tras 32 años) y ahora, el objetivo no solo debe ser llegar, sino buscar ganar un primer partido.

Siempre con la Mayor, en Copa Oro y Nation League estar en semifinales.

En selección sub-20, pasar a octavos de final, una instancia que nunca se ha logrado y con el sub-17 repetir la hazaña de 2013 cuando se llegó a octavos de final.

Finalmente, la Olímpica ya peleó por las medallas en 2016 y se debe aspirar a mantener el récord de ser un clasificado recurrente (como Brasil, Corea del Sur y México), pero ya con la mirada puesta en competir.

Que esta última goleada sirva de impulso para dar esos saltos que el fútbol de Honduras urge dar. Porque el esfuerzo de los jugadores lo vale, la inversión de los directivos cuesta y la afición de Honduras lo merece.

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