La vasectomía consiste en seccionar los conductos deferentes, estructuras tubulares que tienen como función transportar los espermatozoides desde el epidídimo hasta los conductos eyaculadores. Evitando así de esta forma que los espermatozoides lleguen a ser evacuados junto con el líquido seminal durante la eyaculación.

Se trata de un procedimiento frecuentemente no doloroso que requiere una mínima intervención y que se realiza en forma ambulatoria pudiendo utilizarse anestesia local o general. El procedimiento es rápido y tiene una duración aproximada de 20 minutos. Se requiere habitualmente una recuperación de 1 hora para irse a su casa a reposar.

Cualquier hombre puede ser esterilizado mediante una vasectomía en la mayoría de los casos se realiza a aquellas parejas estables que no desean tener más hijos.

Someterse a una vasectomía suele ser muy seguro, sin embargo, como en todo procedimiento médico, pueden existir algunos riesgos. Por ejemplo, dolores pasajeros, hematomas e infecciones son los más comunes.

La mayoría de las personas solo necesita hacer reposo durante algunos días después de la vasectomía. Si tu trabajo requiere mucho esfuerzo físico, deberás tomarte alrededor de una semana libre.

En general, puedes volver a tener relaciones sexuales después de una semana de realizada la vasectomía. Algunos hombres esperan más tiempo. Sólo recuerda que la vasectomía NO evita embarazos de inmediato.

Se trata de un método anticonceptivo con un porcentaje de eficacia de casi el 100%.

La vasectomía no protege ni al hombre ni a su pareja contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS). El semen aunque no tenga espermatozoides puede igualmente portar ETS y el preservativo sigue siendo en la actualidad el único método que previene el contagio de estas enfermedades.