“Aún quedan dos años para trabajar, no empecemos con esa política prematura olvidando los graves problemas del pueblo, sin embargo, ya vemos que empezaron las corrientes internas de diversos partidos”

Así reacciono el presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras y obispo de San Pedro Sula, monseñor Ángel Garachana, que, a decir verdad, se convirtió en la voz disgustante de millones de hondureños cansados de escuchar las mismas canciones ya rayadas.

No se cansan los dirigentes de los partidos políticos en Honduras, y no les importa correr el riesgo de que la opinión pública caiga en el hastió, nos han mantenido entretenidos en un circo de dimes y diretes todo este tiempo, mientras el país camina lento en su desarrollo económico y acelera los niveles pobreza y miseria, que según la Cepal en su informe “Panorama Social de América Latina 2019” el país cerró con la peor situación social en la región con el 55,8 por ciento de índice de pobreza.

¿Qué deja de bueno el proselitismo prematuro?

En un escenario nacional que lo único que se busca es meter pie al acelerador para que algunos vividores de turno busquen la guayaba presidencial u otros cargos públicos con el fin de ganar ventaja, señores, “no por mucho madrugar amanece más temprano”, y por eso vale la pena compartir el llamado del líder religioso, “que mejor se dediquen a trabajar quienes nos gobiernan y aquellos en oposición hagan lo mejor por el país”.

En plena campaña política andan muchos en el Partido Nacional, el titular del legislativo Mauricio Oliva, el actual designado presidencial Ricardo Álvarez, el actual diputado Jorge Lobo y el alcalde capitalino Nasry Asfura ya emprendieron ruta electoral.

Aquí como se les olvida las prohibiciones que hace la Ley Electoral, que en su artículo 150 indica que, “toda actividad política debe ser autorizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), pero al artículo 142 de la vigente ley se establece las prohibiciones a los empleados públicos para hacer política, pero aquí en Honduras no se cansan algunos de irrespetar la ley.

Por su parte, Libre y el Partido Liberal, no se quedan atrás. Sus dirigentes hacen mítines políticos en plena promoción de sus aspiraciones políticas, y esto es peor aún, por que critican al actual gobierno de irrespetar la ley, pero ellos hacen lo mismo, muy parecido a aquel adagio popular que dice: “el mismo mono, pero en diferente rama”. Calladitos se ven mejor, todos hacen tanto ruido que tienen al pueblo irritado.

A la verdad, ya basta. Pronto llegará el tiempo para que hagan sus actividades, ya bájenle señores que viven en ese mundillo político, sus mensajes son trillados, cargados de falsa promesas, de mentiras, de falsas expectativas, esto ya no pueden ser la pesada cruz que los hondureños tienen que cargar y soportar por unos encantadores de la política…

Todo tiene su fin, así lo redujo en uno de sus comentarios el escritor y ensayista brasileño Paulo Coelho: “la vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundo,” pero ustedes parece que apresuran los pasos al abismo del abuso.

Paulo Coelho, novelista, dramaturgo y letrista y político brasileño.

Oportuno es solicitar a los nuevos concejales del Consejo Nacional Electoral, que aplique la ley y regular estas actividades proselitistas y también que los comisionados de la Unidad de Política Limpia, desde ya comiencen a investigar de dónde provienen los fondos para estas actividades prematuras. Es hoy señores, no mañana, no esperen hasta las elecciones generales para actuar, un pueblo cansado de tantas mentiras se lo agradecerá.

Apaguen ese ruido, trastorna mucho el ambiente y afecta mucho a la salud de los hondureños.

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