¿Hasta cuándo seguirá la clase política de Honduras haciendo sus negocios detrás de la cortina o debajo de la mesa sin importar y sin escuchar las grandes demandas del país?, este absurdo es una puñalada trapera para un pueblo ansioso de verdaderos cambios en el estamento jurídico electoral que transparente los procesos electorales y garantiza la democracia en el país.

Acaso los políticos no quieren entender que en cada proceso eleccionario el flujo de votantes en las urnas se ve reducido, solo en las elecciones generales del 2017 la abstención electoral fue del 48 por ciento, es decir que unos 3 millones de hondureños aptos para ejercer el sufragio no llegaron y no les interesó el proceso, ¿un buen medidor no les parece políticos de mi país? Hoy más que nunca estén atentos a estos síntomas de una democracia enferma.

El llevado y traído tema de reformas electorales profundas no es más que un menú puesto en la mesa de los hondureños, al que  no pueden acceder, aquí sí la mesa está servida para un pequeño grupo. 

Los políticos son ciegos porque no quieren ver la inconformidad de un pueblo harto de tantas mentiras y de tantos arreglos bajo la mesa que favorecen con chambas y posiciones en el engranaje público, para ahí va dirigida la discutida segunda vuelta electoral. Son sordos los políticos porque no quieren escuchar las demandas del pueblo hambriento  que a gritos piden una nueva forma de pensar y actuar, y ciegos porque no quieren ver la estela de corrupción y desaciertos que durante 39 años de la supuesta era democrática en Honduras es visible.

No hay que refugiarse  bajo el abrigo de la indiferencia, de lo contrario estaremos hablando después de un incremento del abstencionismo en el voto, una claustrofobia en nuestra democracia, si es necesaria la segunda vuelta electoral entonces pónganse de acuerdo, si es urgente consultar al pueblo,  entonces hay que hacerlo. Recuerden, que se requiere reformar  los artículos 236 y 46 de la Constitución de la República y dependerá de los acuerdos en el Congreso Nacional, pero es oportuno poner toda la atención a un pueblo con sed de justicia y de respuesta, un pueblo cansado que la clase política que se ponen de acuerdo para alcanzar sus propios intereses, un pueblo que se duerme cada noche  con esperanza, pero que amanece el día siguiente con los mismos nubarrones y tormentas.

Tanto que se criticó el bipartidismo en Honduras, pero ahora con tripartidismo bien marcado; Libre, Partido Liberal y Partido Nacional, el pastel del poder se reduce, porque a los partidos emergentes los miran de reojo y hasta apuntan para hacerlos desaparecer.

Si hay que hacer reformas electorales que sea ya, si hay que aprobar la segunda vuelta para tener un gobierno robusto pues que sea ya, si seguirá la reelección presidencial por la cual algún expresidente se les quema la miel,  entonces hay que hacerlo; sí es urgente democratizar y transparentar las mesas electorales ya. Pero no sean sordos, mudos  y ciegos ante las peticiones de un pueblo que ya no quiere ser carne de cañón.

Este pueblo está despertando, no quiere más demagogias, se cansó de resignarse, se quitó las vendas y ahora quiere respuestas… ¿no creen que ya es tiempo?

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