Hemos entrado en una fase especialmente crucial en el abordaje de la pandemia y los especialistas nos han advertido que Honduras está a las puertas de alcanzar el punto desde el cual ya no podríamos retroceder.

Consecuentemente, los esfuerzos deben ir encaminados a evitar que el nuevo virus se propague exponencialmente de tal manera que ya no sea posible ejercer un control epidemiológico razonable.

Ante un desafío de semejantes implicaciones, se vuelve necesaria y urgente la aplicación de las pruebas rápidas de diagnóstico, incluida la llamada “PCR” o de Reacción en Cadena de la Polimerasa que es la más efectiva para detectar los casos de covid 19.

En las semanas que siguieron a la identificación de los primeros pacientes en marzo la toma de muestras se mantuvo en un número limitado y, en los días que corren, las pruebas se han incrementado progresivamente al mismo paso en que han sido integradas varias firmas privadas al trabajo del Laboratorio Nacional de Virología.

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Esta dinámica ha permitido avanzar en el seguimiento de los cuadros positivos del virus, pero no lo suficiente como debería. Los epidemiólogos y los especialistas en virología han hecho hincapié en que la clave para detener el feroz avance del virus es masificar el diagnóstico de pacientes infectados.

Y este cometido depende de una condición determinante: Incrementar a una media de mil la cantidad de test procesados diariamente. En correspondencia con dicha estrategia, será posible identificar a los pacientes positivos, detectar a los portadores asintomáticos, ubicar los focos de contagio y establecer con más precisión los cercos epidemiológicos.

Estas variables contribuirán –a su vez- a delimitar una ruta de trabajo especializado y multidisciplinario para aplanar la curva de incidencia de la pandemia, subir el número de enfermos recuperados y disminuir la tasa de mortalidad que actualmente ronda en un diez por ciento, la más alta de la región.

Honduras no puede seguir a la zaga en la lucha contrarreloj para contrarrestar el covid 19. En Guatemala se efectúan más de 400 pruebas por cada millón de habitantes, aunque en las próximas semanas se espera triplicar dicha relación.

En El Salvador, el promedio de test es de unos 2 mil por cada millón de personas y Costa Rica dispone de insumos y ha puesto en operación herramientas tecnológicas para elaborar sus propias pruebas de diagnóstico.

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Si Honduras llega a los niveles aceptables de efectividad en la recepción de muestras de virología, nos colocaremos en la estrategia correcta para vencer al patógeno que ya nos ha causado decenas de muertos y centenares de infectados.

En la línea de prioridades, debemos velar celosamente que el millonario presupuesto que ha sido aprobado para atender la emergencia sea dirigido justamente para los fines propuestos y nunca desviados hacia propósitos distintos.

Porque estamos ante la encrucijada de preservar la vida, de mantener a buen resguardo el derecho de la población a la salud y de cuidar que la estrategia contra el nuevo virus funcione de manera coordinada. Es la diferencia entre sobrevivir o fallecer en tiempos de peste y muerte.